10º aniversario de la creación de Euskal Herria-Donbass Elkartasun Komitea: Una década rompiendo el bloqueo mediático

*Articulo de Xabier de Miguel Elexaga, miembro del EH-Donbass Komitea


«La libertad de imprenta (…) sera un engaño mientras las mejores imprentas y grandísimas reservas de papel se hallen en manos de los capitalistas y mientras exista el poder del capital sobre la prensa, poder que se manifiesta en todo el mundo con tanta mayor claridad, nitidez y cinismo cuanto mas desarrollados se hallan la democracia y el régimen republicano como ocurre por ejemplo en Norteamérica.»

Vladimir Illich Ulianov «Lenin»

POR EL FRENTE INFORMATIVO

Controlar los medios de comunicación viene siendo una de las prioridades para las élites políticas y económicas en nuestras sociedades, sabedoras como son de su importancia para crear corrientes de opinión y así poder controlar la mente y pensamientos de la gente, para que la población, las masas, no se salgan del redil mas allá de lo razonable y siempre para que esas élites puedan seguir manteniendo y gozando de sus intereses materiales y privilegios. Controlar la información para poder perpetuar así con relativa calma un status quo teledirigido hacia la legitimación del régimen democrático-liberal-parlamentario, como único sistema auténticamente «libre». Un régimen modélico nos dicen, que nos venden como el sumun y adalid institucional garante de la voz y la expresión democrática del pueblo y que bajo diferentes modelos según cada país: monárquicos, republicanos, constitucionales,
presidencialistas… se van perpetuando en el tiempo desde que comenzara a extenderse por Europa en la primera mitad del siglo XIX después de hacer su aparición histórica en la Inglaterra de 1640 y que tenga que pasar más de un siglo hasta repetirse un fenómeno similar con Revolución francesa; siendo ambas experiencias, espejo de los anhelos de una clase social: la burguesa

Desde entonces la historia en Europa ha transcurrido por los derroteros liberales de manera ininterrumpida a excepción de los convulsos años de entreguerras (y salvo en las largas décadas de las
dictaduras de Franco en el Estado español y Salazar en Portugal supervivientes de los periodos años 20 y 30 del siglo XX) cuando con la agudización de la lucha de clases las masas populares amenazaban con rebasar los marcos acotados (por mucho que desde el poder repitan aquello de que en democracia todo
se puede) del sistema de democracias parlamentarias a cuyas principales valedoras, las clases pudientes, les sedujo y atrajo el recurso del fascismo.

En la era moderna los regímenes parlamentarios perviven en el tiempo trufados de injusticias (paro, bolsas de pobreza y marginación, trabajos precarios, inaccesibilidad a una vivienda digna, represión…) algo que sus sistemas socio-económicos siguen sin resolver. Occidente no es una excepción en esto,
mientras que en el Sur Global en ocasiones se ven esos modelos parlamentarios y sus mecanismos electorales algo heredado heredado y de los regímenes coloniales y exportado de las metrópolis.

En todo este tiempo transcurrido desde que se conquistaran los primeros derechos civiles y la libertad de asociación, con mayores o menores espacios para la actividad legal según en que periodos, los
movimientos emancipadores han tenido la clara necesidad de activar el frente informativo y la necesidad de la autogestión comunicativa; que se convertiría en la necesidad por dotarse de herramientas para propagar su proyecto de sociedad. Porque nadie les iba a regalar nada.

La clase trabajadora ha ido conociendo desde entonces, desde las gacetas en vida de Marx y Engels, pasando por los periódicos obreros de las primeras décadas del pasado siglo, hasta la época más contemporánea donde hemos pasado en poco mas que dos décadas de las formas contrainformativas como radios libres, fanzines, boletines o revistas, a una actualidad donde sigue estirándose la transformación acelerada de nuestras sociedades, inmersos como estamos en plena revolución tecnológica,
produciéndose grandes cambios en los formatos y accesibilidades de la población a nuevas fuentes informativas. Así, hoy en día, otrora poderosos medios generalistas de papel con sus miles y miles de
tiradas diarias, o los proyectos de menor entidad pero viables y que también salían a la calle a diario, han tenido que rebajar sus pretensiones o atraviesan crisis de viabilidad con el que peligra su futuro.

ROMPER EL BLOQUEO INFORMATIVO Y COMBATIR LA DESINFORMACIÓN

«Nuestros objetivos principales son romper el bloqueo mediático desde la información veraz, el trabajo político y el análisis científico (…) en nuestro hacer diario hemos dado sobradas muestras del interés de nuestro trabajo hacia Novorrosiya realizando diferentes acciones como dar información sobre el conflicto (sobre todo en euskara), dar conferencias sobre Ucrania y/o Novorrosiya, escribir artículos de prensa, hacer apariciones en radios y/o televisión (…) este Comité trabaja de manera científica, analizando la realidad para dar al publico vasco la información mas completa y argumentada posible de la situación…»

En primavera se cumplieron 10 años desde que se escribieron estas palabras plasmádas en negro sobre blanco dentro de un texto más extenso que se bautizo como Adierazpena-Declaracion, y con el que hecho a andar como organismo internacionalista EH-Donbass Komitea (Euskal Herria-Donbass Elkartasun Komitea / Comité de Solidaridad Euskal Herria-Donbass). Y desde aquel principio se tuvo claro que para poder realizar esa tarea había que dotar a la organización de sus propias herramientas comunicativas con las
que poder informar. Así llegaría una web que lleva publicados ya 3.215 posts con todo tipo de artículos, entrevistas,
reportajes y noticias; las cuales muchas son de elaboración propia, redactadas por el Comité. Casi paralelamente vendrían las primeras cuentas en redes sociales, que cuentan ya en total con más de
25.000 seguidores/as y subscriptoras/es. Algo más de 15.400 en X, 410 en el canal de YouTube (con más de 60 videos subidos la mayoría de lo cuales editados por el Komite), mientras que en Facebook serian 4.700 las personas que nos siguen ademas de otras 3.475 que han dado un «me gusta» a nuestra perfil lo
que también les permite acceder al contenido de nuestra cuenta. Varios años después creamos un canal
de difusión en Telegram, el cual cuenta ya con 2.070 subscriptores/as. A día de hoy seguimos creciendo
en seguidores/as.

Pero aparte de romper el bloqueo mediático impuesto a la realidad de lo que acontece en el Donbass, que venimos haciendo a través de este trabajo de difusión arriba descrito, desde el EH.Donbass
Komitea hemos dado infinidad de charlas o participado en mesas redondas por toda la geografía de Euskal Herria, a ambos lados de la muga, en espacios de todo tipo, desde centros okupados, tabernas,
casas de cultura o sedes sociales, incluso en el festival EH Zuzenean. También fuera de nuestras fronteras como en Aragon. No podríamos calcular cuantas personas habrán asistido a escucharnos en estos 10 años, pero quizás sean en torno a 1.600-1.700 puede que más.

En muchas ocasiones también hemos tenido la oportunidad de romper con la desinformación y el bloqueo mediático concediendo entrevistas en radios libres y comunitarias como el programa Bultzaka de la 97fm de Bilbao y la Irola Irratia del barrio bilbotarra de Irala o Hala Bedi de Gasteiz, incluyendo a medios rusos como RT o Sputnik News, respondiendo por escrito a entrevistas para diversas webs o blogs, incluso asistimos a la Mesa del
parlamento de la CAV invitados por Igor López de Muniaín (parlamentario de EH-Bildu) para que se escuchara nuestra denuncia sobre lo que estaba ocurriendo en el Donbass aquellos primeros años del conflicto. A esto habría que sumarle las campañas de agit&prop en la calle con el usos de carteles
informativos, o movilizaciones de denuncia llevadas a cabo a veces junto con el sindicato LAB o la agrupación local del Euskadiko Partidu Komunista (EPK) de Donostia

Tampoco quisiera dejar marchar la oportunidad con este articulo de mencionar la solidaridad activa que también hemos ejercido con el envió allí de manera regular durante unos cuantos años de importantes cantidades de medicamentos y diverso material médico, también haciendo llegar más 3 toneladas de
ayuda humanitaria a Lugansk en 2017 o enviando en recursos económicos por distintos periodos dinero  a través de donaciones populares bien para orfanatos y escuelas a través de la Caravana
Antifascista o bien costeando algún tratamiento medico para la enfermedad que sufría una persona muy conocida, querida y referente en el Donbass incluso también ayudando económicamente a varios milicianos sin recursos. En este
trabajo de recabar ayuda humanitaria hemos podido trabajar con gente tan diversa como la gente de los sindicatos CCOO-Donosti o CNT Gipuzkoa, peñas de futbol antifascistas como Herri Norte Taldea y Peña Mujika, o colectivos antifascistas como Ezkerraldea Antifaxista.

Imagen de un cargamento con ayuda humanitaria para el Donbass recogida entre la poblacion vasca por el Komite en pueblos y ciudades de Euskal Herria

MAQUINARIA DE PROPAGANDA ATLANTISTA Y RUSOFOBIA

Si algo hemos aprendido en estos 10 años de trayectoria en el frente informativo (si no es que lo sabíamos ya quienes tenemos unos años por el hecho de vivir en Euskal Herria donde a causa de su conflicto también hemos vivido las políticas y campañas de desinformación ), es que hay dos maneras de hacer que la población, como la
de los países occidentales, permanezca pasiva ante vulneraciones de derechos humanos por parte del filofascismo del régimen ucraniano, como los que se han vivido estos 10 años en el Donbass.

Dos maneras pues de mantener a la gente desinformada. La primera mediante la mentira, manipulación, tergiversación, descontextualizacion y deshumanizacion del adversario. La segunda
silenciando y ocultando de noticias.

Esta constatado que los atlantistas van combinando ambas en su
estrategia desinformativa del mismo modo que no tenemos certezas pero tampoco dudas de que en el llamado Occidente colectivo hay una estrategia política deliberada detrás de una gigantesca maquinaria de guerra perfectamente engrasada, con el objetivo de engañar y manipular a la población. Todo ello
forma parte de una campaña de desinformación puesta en marcha desde unas altas instancias que bien podría partir desde los despachos de gente poderosa como en su día partió la orden de activar la Red Gladio, una estructura clandestina tejida durante décadas con ramificaciones por numerosos países de Europa como Italia, Estado francés, Bélgica, Suiza, Alemania, Estado español…compuesta por elementos fascistas que financiada, organizada y dirigida por la OTAN (con la complicidad o implicación de no pocos servicios secretos de Estados occidentales) puso en marcha una política del terror en la década de los 70 y 80 del siglo XX a base de bombas indiscriminadas contra civiles en lugares concurridos, atentados de falsa bandera, eliminación física de las disidencias políticas o ataques contra sedes sindicales en lo que fue bautizado «estrategia de la tensión» y que buscaba impedir el crecimiento de los movimientos obreros y de izquierda, impedir ascensos o victorias electorales de unos partidos comunistas por aquel entonces con mucha mayor capacidad de incidir en la sociedad y por ultimo evitar que las fuerzas revolucionarias forzaran a los gobiernos y partidos tradicionales de los respectivas democracias liberales establecidas en los países europeos occidentales. Una Red Gladio que salvo varias excepciones a través de la apertura  de una serie de procesos de investigación en unos pocos países, no se investigo ni se castigo a sus responsables, dándose a prióri por desactivada coincidiendo con la caída de la URSS.

Cuando en el otoño de 2013 el entonces presidente Yanukovich se negó a firmar para Ucrania el Acuerdo de Asociación con la Union Europea por considerar que perjudicaba a los intereses de su país
debido a las condiciones que exigían los negociadores de Bruselas, comenzó en Kiev una crisis que aun perdura a día de hoy. Ahora con toda la crudeza de una guerra contra un país vecino como es Rusia a
quien le unen infinidad de lazos históricos, lingüísticos, culturales incluso afectivos. Desde entonces los grandes medios occidentales, propiedad de millonarios y de grandes corporaciones dirigidas por
adinerados accionistas, vienen implementando toda una política de desinformación y propaganda de las tesis atlantistas de lo que acontece realmente en Ucrania y ocultan al gran publico el carácter corrupto, autoritario y filo-fascista del régimen político de Kiev. ¿Tienen intereses ocultos en Ucrania los dueños y mandatarios de los mass-media y grandes medios generalístas? ¿Donde? ¿En la industria armamentística? ¿En la industria
agro-química, como la empresa Monsanto, que los últimos años viene adquiriendo tierras ucranianas baratas y fértiles, las llamadas tierras negras?

Los medios hegemónicos vendieron la imagen de que las movilizaciones del Euromaidan, iniciadas
tímidamente por sectores proeuropeos en protesta por la no firma del acuerdo UE-Ucrania, era para finales de 2013 la Revolución
de la Dignidad de carácter popular cuando ya era notorio que estaban copados y dirigidos por movimientos ultra-derechistas, como Pravy Sektor y otra serie de organizaciones, muy bien organizados y preparados según testigos que pudieron observarles. Unos medios que obviaban detalles como el hecho de que el partido
Svovoda, con varios ministros en el primer gobierno golpista post-maidan, se trataba originariamente,
antes de que decidiera blanquear su imagen, del neonazi Partido Social-Nacional de Ucrania. Medios que difundieron que el progromo ultra-derechista que acabo con la vida de decenas y decenas de opositores, antifascistas, comunistas y anti-maidan en la Casa de los Sindicatos de Odessa fue un choque entre manifestantes y pro-rusos.

Unos medios que salvo excepciones han venido silenciando los bombardeos sistemáticos de ejercito y paramilitares neo-fascistas ucranianos a ciudades del Donbass, los cuales se suceden desde hace 10 años, y aun hoy las bombas caen en unas pocas ciudades y localidades. Afortunadamente, el empuje del ejercito ruso en el frente está alejando a la artillería ucraniana de esos objetivos civiles. A veces esos mismos medios difundían los bulos ucranianos de que habían sido los rusos los autores de los ataques. Son los mismos medios que obviaron narrar la noticia de los informes de ONGs occidentales, poco sospechosas de complicidad con el Kremlin, sobre los numerosos crímenes de guerra por parte de paramilitares de ultraderecha ucranianos en el Donbass. Y así, una larga lista casi interminable. Un bombardeo constante de propaganda otanista.

En esa bien engrasada maquinaria de propaganda otanista, padecemos también toda una legión de profesionales de la pluma que ejercen un pseudoperiodismo, difundiendo pura y dura propaganda cocinada en laboratorios mediáticos. Sobre esto, hace unos pocos años un diario conservador dirigido por un ex-director del periódico El Mundo publicó en sus paginas que el Comité reclutaba y enviaba gente al frente. Se lo inventaron. Mienten descaradamente.

No nos podemos olvidar en esta categoría a los NAFO o FELLAS. Para quien no los conozca una red civil en redes sociales creada por un polaco y que funciona como plataforma de apoyo activo a la propaganda de la OTAN, así como para el señalamiento criminalización y acoso a los considerados pro-rusos, en realidad los disidentes al pensamiento único que fuerza el atlantismo. Toda esta manada de rusófobos recalcitrantes brindarían por la censura a Sputnik y RT.

Todos lo aquí descrito no se podría entender sin la ideología que los alimenta: la rusofobia. Un pensamiento de odio, emanado de la cultura colonial occidental, que hunde sus raíces en el siglo XIX y
que busca deshumanizar a los rusos para en un futuro justificar ante sus propias poblaciones las políticas de países de un llamado Bloque Occidental autodenominado Mundo Libre, de intensas injerencias en los asuntos internos rusos o de promover campañas de desestabilización interna en la Federación Rusa. Todo ellos tiene un objetivo y una razón, los intereses del poder hegemónico mundial del imperialismo en socavar el desarrollo soberano y la política independiente de Rusia para en ultima instancia terminar controlando sus vastos e inmensos recursos naturales, probablemente la mayor reserva del planeta.

Recientemente uno de esos seudoperiodistas, o quizás fuese un columnista que servil a los poderosos que difundiendo desinformación se ha ganado a pulso un espacio en un periódico como generador de opinión, aseguraba en uno de esos medios generalista y atlantista español, ilustrando así en un inefable articulo las esencias de los rusófobos, que cuando siendo un niño de 7-8 años el periodista Pablo Gonzalez llego al Estado español
con su madre después de abandonar la URSS probablemente ya seria un espía. Un ejercicio miserable de despojar de toda inocencia, culpabilizando y criminalizando a un niño solo por el hecho de haber
nacido ruso.

Es el frente informativo amigos. La batalla del relato. Y esta es la catadura moral y la infinita hipocresía de la gente a la que nos enfrentamos.