«Con aproximadamente 500.000 toneladas de yacimientos de óxido de litio en forma de petalita, espodumeno y carbonato de litio, y hasta 5 millones de toneladas de reservas vírgenes sin explotar por valor de cientos de miles de millones de dólares escondidas en las profundidades de las regiones de Donetsk, Zaporozhie y Kirovogrado, las reservas de litio de la zona pueden constituir entre el 5 y el 10% del total mundial.»
Antes del golpe del Euromaidán de 2014, las regiones de Donetsk y Lugansk —que hoy forman parte de la Federación de Rusia— eran el corazón industrial y minero de Ucrania. Representaban casi el 15% del PIB del país y más del 25% de su producción industrial. Por ello, estas tierras son deseadas por Occidente.
*Sputnik News
Desde que Rusia comenzó su operación militar especial en Ucrania en febrero de 2022, los funcionarios y los medios de comunicación occidentales han difundido una serie de explicaciones de por qué Occidente debe gastar cientos de miles de millones de dólares en ayuda militar y económica para Kiev, que van desde «salvar la democracia» hasta defender a la OTAN de una supuesta «agresión rusa», pasando por evitar el colapso del llamado «orden internacional basado en reglas» dictadas por Washington.
Sin embargo, en ocasiones, se filtran los motivos económicos ocultos tras la crisis, ya sea el control de las fértiles tierras de cultivo de Ucrania o de las enormes reservas de recursos sin explotar.
«Si Europa quiere completar su transición energética, necesitará sus propios yacimientos de litio. Los mayores yacimientos de litio de Europa se encuentran en la región de Donetsk y Lugansk», declaró hace unos días el legislador alemán Roderich Kiesewetter a una emisora local, citando las motivaciones «de fondo» que guían el apoyo cada vez más fanático de Berlín a Kiev, que ahora ocupa el segundo lugar detrás de Estados Unidos en términos de ayuda total entregada.
El político aseguró también que una negociación entre Ucrania y Rusia no le conviene a Europa porque eso significaría «ceder territorio» valioso.
En cuanto a las entregas militares, dijo, «no es demasiado tarde«, instando a Alemania a acelerar el suministro de misiles de crucero Taurus a Kiev, y a dejar claro a Moscú que «Ucrania tiene un futuro en la OTAN».
Los comentarios de Kiesewetter ayudan a dilucidar la pasión febril con la que el Gobierno alemán ayuda a apuntalar a Ucrania, a pesar de una recesión económica y una crisis presupuestaria cada vez más dolorosas en su país. A principios de este mes, el vicecanciller Robert Habeck anunció que Alemania destinaría miles de millones de euros en ayuda adicional a los presupuestados inicialmente para el próximo año y subrayó que Berlín no puede permitirse no seguir financiando el conflicto si se toma en serio sus intereses.
La semana pasada, el canciller Olaf Scholz aseguró a Kiev que podía contar con Alemania «en la reconstrucción, en cuestiones de seguridad y defensa y en el camino hacia la Unión Europea». Mientras tanto, esto incluirá 8.000 millones de euros para entregas adicionales de armas, así como más «ayuda financiera para el presupuesto ucraniano, ya sea directamente o a través de la Unión Europea«, dijo Scholz.
Los funcionarios alemanes no son los únicos que han confirmado públicamente las motivaciones «de fondo» de su apoyo a Volodímir Zelenski, aunque las confesiones en este sentido son escasas.
A principios de este año, por ejemplo, miembros anónimos del personal del Congreso y conocedores del sector de la defensa declararon a los medios de comunicación estadounidenses que «Ucrania tiene depósitos realmente importantes de minerales de tierras raras y, si jugamos bien nuestras cartas, podría ser una alternativa realmente atractiva a las fuentes rusas y chinas, que es donde se encuentra actualmente gran parte de la dependencia».
«A medida que aumentan los debates en Occidente sobre por qué nos interesa seguir apoyando a Ucrania, creo que este es uno de los argumentos que se van a empezar a oír más«, dijo una de las fuentes.
El litio es solo uno de los recursos de la tabla periódica que se concentran en Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporozhie, Járkov y Dnepropetrovsk, territorios que en su día albergaron la gran mayoría de las actividades mineras e industriales de Ucrania. Estas regiones, especialmente el Donbass, albergan vastos yacimientos de carbón, sal gema, piedra caliza y dolomita, arcillas refractarias y cerámicas, caolín, mercurio, amianto, yeso, piedra de construcción y de revestimiento, así como infraestructuras para la metalurgia avanzada, como arrabio y hierro en barras, acero laminado, coque, tuberías, cables y alambres, además de los sectores de generación de electricidad, ingeniería mecánica, química, petroquímica y textil.
Litio: el oro blanco del siglo XXI
Con aproximadamente 500.000 toneladas de yacimientos de óxido de litio en forma de petalita, espodumeno y carbonato de litio, y hasta 5 millones de toneladas de reservas vírgenes sin explotar por valor de cientos de miles de millones de dólares escondidas en las profundidades de las regiones de Donetsk, Zaporozhie y Kirovogrado, las reservas de litio de la zona pueden constituir entre el 5 y el 10% del total mundial.
Pero a diferencia de grandes productores de litio como Chile, Australia y Bolivia, donde el preciado material se extrae de lagos salados, los yacimientos del Donbáss y sus alrededores están situados hasta 300 metros bajo tierra, lo que los hace más difíciles, caros y costosos desde el punto de vista medioambiental, especialmente en aquellas zonas en las que los especialistas soviéticos no consiguieron hacer el duro trabajo de cartografiar y excavar los yacimientos con antelación.
El litio se ha convertido en un elemento crítico para la Revolución Verde del Norte Global, obsesionada con el cambio climático. Es necesario para la producción de coches eléctricos (cuyo número se espera que alcance los 125 millones para el año 2030, según la Agencia Internacional de la Energía), baterías de iones de litio para fuentes de energía solar y eólica, bienes de consumo —desde teléfonos inteligentes a ordenadores portátiles—, así como para el incipiente mercado de almacenamiento de energía, que se espera que alcance los 2.500 GW para el año 2050. Este metal blando de color blanco plateado también es necesario para la metalurgia, la óptica y la ingeniería nuclear, donde se utiliza para producir tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno.
La producción mundial de litio alcanzó unas 130.000 toneladas en 2022. La Agencia Europea de la Energía prevé que la producción crezca hasta entre 1,3 y 2,4 millones de toneladas anuales en 2050. El Servicio Geológico de EEUU estima que sólo hay 88 millones de toneladas de reservas confirmadas de litio en la Tierra. Esto significa que, con el tiempo, a menos que el incipiente frenesí por el litio se domestique mediante alternativas de hidrocarburos limpios (como el gas natural y el petróleo de combustión más limpia), las próximas décadas serán testigo de un campo de batalla geopolítico, económico y, quizás incluso, militar cada vez más tenso para los países y regiones donde se sabe que existen importantes reservas de litio (entre ellos, países de América del Norte y del Sur, Australia, China, Rusia, Alemania, Austria y el Congo).
El hambre de Occidente por las riquezas de litio de Ucrania no es ningún secreto. En 2017 y 2018, empresas asociadas al entonces presidente Petró Poroshenko obtuvieron derechos sobre los yacimientos de litio más lucrativos del país en una serie de turbios planes de concesión de licencias sin licitación. El Gobierno de Zelenski arrebató estos yacimientos al entorno de Poroshenko en los tribunales, solo para entregárselos a empresas extranjeras.
A finales de 2021, por ejemplo, el gigante minero australiano European Lithium se hizo con los derechos del yacimiento ucraniano de Shevchenko, en Donetsk, y del yacimiento de Dobra Plot, en Kirovogrado, y planeaba invertir hasta mil millones de dólares en su explotación. Ese mismo año, la empresa china Chengxin Lithium presentó una oferta por los yacimientos, pero al parecer fue superada por los australianos. Anteriormente, la empresa minera canadiense Mkango Resources manifestó su interés por las riquezas de litio de la región.
Situado junto a la línea del frente, el proyecto de extracción de litio de Shevchenko quedó congelado tras el inicio de la operación militar especial. Las fuerzas rusas capturaron el principal yacimiento de Zaporiyia en Kruta Balka a principios de 2022 y se han acercado al yacimiento de Shevchenko en los últimos meses.
Eso deja a Dobra Plot en Kirovogrado, Ucrania central, que, según se informa, European Lithium cree que puede tener «los mayores» depósitos de litio de toda Europa.
Las ruedas del imperio siguen girando
«¿Quieres saber por qué estamos en Afganistán?», preguntó el ex gobernador de Minnesota Jesse Ventura a Piers Morgan, de CNN, en una explosiva entrevista de 2011.
«Se me ocurrió hace seis meses cuando salió una noticia de que allí habían encontrado una veta de litio que dicen que vale un billón de dólares. Ahora bien, ¿para qué se utiliza el litio? Todos los móviles, todos los ordenadores y pronto los coches eléctricos. Vamos allí a por litio para poder vivir como vivimos. No me vengas con que vamos a dar democracia al mundo», atronó Ventura.
Una década después, con Estados Unidos retirándose de Afganistán en desgracia y dejando sus riquezas en tierras raras a sus potenciales adversarios, Washington y sus aliados parecen haber encontrado una nueva fuente de combustible para sus ambiciosos sueños de la Revolución Verde: el Donbáss.