“…la administración de Joe Biden se prepara aparentemente para hacer nuevas concesiones a Zelenski y dejarle las manos libres para el uso de armas estadounidenses de cualquier tipo prácticamente, en particular, en la profundidad del territorio ruso.”
*Sputnik News
La incursión armada de Ucrania en la región rusa de Kursk demuestra que Washington se empeña en la escalada de tensiones con Moscú, dijo a Sputnik la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
“Presa de su ambición de hegemonía y su intención de infligirnos una derrota estratégica, Washington no deja de elevar el grado de tensión con Rusia y, contrariamente a lo que han declarado oficialmente varios altos cargos estadounidenses, no intenta evitarla”, afirmó Zajárova.
Prueba de ello, añadió la diplomática rusa, son las recientes declaraciones de funcionarios del Pentágono y el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
El pasado 22 de agosto, la portavoz adjunta del Pentágono, Sabrina Singh, reiteró que Washington permite a Kiev lanzar “contraataques” en suelo ruso.
Por su parte, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, rehusó contestar a la pregunta de si EEUU se plantea levantar las restricciones sobre el uso de sus misiles en ataques ucranianos en territorio ruso, alegando que Washington prefiere mantener “en privado” sus conversaciones con Kiev.
Para Zajárova, “EEUU se ha convertido de hecho en parte del conflicto armado en torno a Ucrania” y que “ha dado a Ucrania la carta blanca para operaciones en regiones rusas”.
“Es más, la administración de Joe Biden se prepara aparentemente para hacer nuevas concesiones a Zelenski y dejarle las manos libres para el uso de armas estadounidenses de cualquier tipo prácticamente, en particular, en la profundidad del territorio ruso”, apuntó.
Y agregó que “la política de escalada por parte de EEUU es cada vez más provocativa”. “Da la impresión de que la clase dominante de EEUU perdió lo que la quedaba del sentido común y cree que todo le está permitido”, concluyó.
El pasado 6 de agosto las tropas ucranianas iniciaron una incursión armada en la provincia de Kursk y ocuparon varias áreas, lo que provocó el desplazamiento de más de 130.000 civiles para el día 22.
Desde el 9 de agosto, la región vive una situación de emergencia de nivel federal.
El presidente ruso, Vladímir Putin, prometió “una digna respuesta” a la provocación de Kiev, al que acusó de disparar indiscriminadamente contra instalaciones civiles, y reafirmó que Rusia logrará todos los objetivos de su operación militar especial en Ucrania.
En lo que duran las hostilidades en la línea de Kursk, Ucrania perdió hasta 7.450 militares y cientos de blindados, entre ellos 74 carros de combate, según el Ministerio de Defensa ruso. (Sputnik)