«Desde 2014, los nazis ucranios han bombardeado ciudades pacíficas en el Donbáss, matando a miles de civiles. ¿Qué han hecho los países occidentales para detener esto? Han apoyado y justificado el terrorismo ucranio contra la población civil del Donbáss, sin decir ni una palabra de objeción ni condena a las acciones del régimen de Kiev.»
*Nikolay Sofinskiy, embajador ruso en Mexico / La Jornada (jornada.com)
El 21 de agosto se celebra el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, destinado a rendir homenaje a las víctimas de los actos terroristas, así como a proteger los derechos de quienes han sufrido por estos crímenes.
El terrorismo representa una seria amenaza para la paz y la seguridad internacionales de la que ningún país está protegido. Cada año, miles de personas sufren y mueren a manos de terroristas.
Hoy día, el régimen de Kiev recurre abiertamente al uso de métodos terroristas. Desde 2014, cuando tuvo lugar el golpe de Estado en Kiev con el patrocinio de EU y la UE, los países occidentales han fomentado activamente la militarización y la neonazificación de Ucrania, así como numerosos crímenes terroristas del régimen de Kiev contra civiles. Desde 2014, los nazis ucranios han bombardeado ciudades pacíficas en el Donbás, matando a miles de civiles. ¿Qué han hecho los países occidentales para detener esto? Han apoyado y justificado el terrorismo ucranio contra la población civil del Donbás, sin decir ni una palabra de objeción ni condena a las acciones del régimen de Kiev.
Al mismo tiempo, los dirigentes de EU y sus satélites hacían desafiantemente la vista gorda ante los asesinatos políticos en Ucrania, la represión de la oposición, las presiones políticas no disimuladas sobre los creyentes y el terror directo de los neonazis ucranios contra la población rusoparlante.
Ahora, los nacionalistas ucranianos atacan objetivos civiles rusos a miles de kilómetros de la zona de conflicto (Bélgorod, Kursk), utilizan tácticas de terrorismo individual contra periodistas rusos. Preocupan especialmente los continuos ataques de las Fuerzas Armadas de Ucrania contra la central nuclear de Zaporiyia, lo que podría tener consecuencias catastróficas.
Cabe destacar que incluso en los medios de comunicación occidentales sesgados comienzan a publicarse materiales sobre los crímenes del régimen de Kiev. En particular, The Washington Post publicó artículos sobre la implicación de los servicios secretos ucranios en el asesinato de la periodista D. Dugina, las explosiones en el puente de Crimea y otros delitos. En algunos artículos se señala que desde 2015 la CIA ha destinado decenas de millones de dólares para preparar a los servicios secretos ucranios y convertirlos en aliados para luchar contra nuestro país.
Los eventos recientes en Rusia como los ataques terroristas en Crocus City Hall y en el norte del Cáucaso muestran el interés de otros países en desestabilizar la situación en Rusia. “Lo hizo el que se benefició”, enseñaron los antiguos romanos, razonando sobre las causas de ciertos eventos.
Varias fuerzas geopolíticas intentaron “derribar” a Rusia tras la desintegración de la URSS. Desafortunadamente, se conocen hechos en que se crearon focos de tensión en lugares donde alguien necesitaba cambiar la situación en la región. Después de eso, se crean las condiciones para que sea más fácil interferir en los asuntos internos de los diferentes países.
Al Qaeda, ISIS y similares, incluidos los grupos neonazis ucranios, son eslabones de la misma cadena. Todos han sido explotados durante mucho tiempo por las élites occidentales como instrumentos de lucha neocolonial contra las autoridades oficiales de los Estados “indeseables”.
El deseo de Occidente de mantener su posición dominante en el mundo fue la razón principal para la aplicación práctica de la teoría del caos controlado. La experiencia, sin embargo, muestra que los intentos de crear un “caos controlado”, hasta librar guerras híbridas, a menudo son un fracaso para quienes lo crean.
La creación de crisis por Estados Unidos y sus aliados se está volviendo cada vez más incontrolable, como lo demuestran los ejemplos de eventos en Afganistán, Irán, Libia, Siria y Ucrania.
En particular, la experiencia estadunidense demuestra que patrocinar organizaciones terroristas y grupos radicales para lograr objetivos políticos a corto plazo tiene consecuencias negativas a largo plazo.
Es importante recordar que el terrorismo es un delito sin justificación, independientemente de cuándo, por qué razón y por quién se cometieron los atentados. A pesar de todos los desafíos, Rusia continuará luchando contra todas las formas de terrorismo.
Rusia no cierra la puerta al diálogo con los países occidentales sobre la cooperación económica, los proyectos de infraestructura, así como la seguridad y la formación de una nueva arquitectura de seguridad en Eurasia.
Quisiera subrayar que la formación de una nueva arquitectura de seguridad y la elevación de sus principios a un nivel universal contribuirán a mejorar la situación en el escenario mundial y a poner fin a las crisis globales.