Nueva Revoluciòn
En un artículo titulado ‘Ucrania se dirige a la derrota’, Jamie Dettmer, corresponsal en Ucrania para el medio estadounidense ‘Político’, advierte que Kiev se está quedando sin municiones y que en el frente de guerra los soldados ucranianos ya no tienen ‘el espíritu de lucha necesario para ganar’.
‘La moral entre las tropas es sombría, derribada por los bombardeos implacables, la falta de armas avanzadas y las pérdidas en el campo de batalla’, señala el articulista del periódico estadounidense. Según describe, uno de los hechos que evidencia la baja moral es que han desaparecido ‘las multitudes de jóvenes que hacían fila para unirse al ejército en los primeros meses de la guerra’. Y añade que ‘el estallido inicial de fervor patriótico que vio los centros de reclutamiento inundados de voluntarios se ha evaporado’. De hecho, Dettmer asegura que hoy muchos de ellos evita el reclutamiento. Algunos huyen del país y otros ‘pasan sus tardes en clubes nocturnos’.
El periodista pudo palpar el ambiente que se respira en Ucrania durante un mes de estancia allí, en el que pudo entrevistar a varios oficiales y ciudadanos. Su sensación tras las conversaciones es que estamos ante ‘un país deslizándose hacia el desastre’. Tal es el panorama, que el autor afirma que ‘podría decirse que Vladimir Putin nunca ha estado más cerca de su objetivo’.
La opinión generalizada tanto del personal militar como civil es que Occidente no ha estado a la altura y que existe más retórica que ayuda militar real. Una realidad que ha generado cansancio e irritabilidad en la sociedad. El propio Zelenski declaró recientemente que Ucrania perderá la guerra si el Congreso de Estados Unidos no proporciona ayuda.
Entre los círculos políticos de Kiev reconocen al medio estadounidense ‘que el ánimo público está decayendo’ y que existe un deterioro y una fragilidad en el frente. De hecho, Dettmer califica el estado de ánimo de los altos rangos militares como ‘sombrío’. Estas fuentes admiten que ‘las líneas del frente podrían colapsar este verano cuando Rusia, con un mayor peso numérico y dispuesta a aceptar enormes bajas, lance su esperada ofensiva’.
Como narra Jamie Dettmer, hace un par de años, los trenes que salían de Ucrania transportaban casi exclusivamente a mujeres, niños y ancianos en busca de refugio. Esta semana, alrededor de un tercio de los pasajeros del tren en el que iba el corresponsal para salir de Ucrania eran hombres en edad de luchar que habían logrado obtener documentos de exención para huir del país.