Sanciones como nueva forma de neocolonialismo

* Nikolay Sofinskiy, embajador de Rusia en México / El Economista (eleconomista.com.mx/)

Rusia ha intentado durante mucho tiempo integrarse en las cadenas tecnológicas internacionales. Ha creado las condiciones para la cooperación económica mutuamente beneficiosa y se ha comprometido a permitir el acceso de proveedores extranjeros a su mercado. Sin embargo, en lugar de la previsibilidad y la estabilidad del desarrollo de las relaciones comerciales y económicas, y la elaboración conjunta de soluciones en el campo de la economía, el país del Occidente colectivo liderado por los Estados Unidos desató una guerra económica contra Rusia.

Durante 10 años, nuestro país ha estado bajo una situación de sanciones, de oposición y de guerras comerciales. Si contamos hasta la fecha, el número de sanciones anunciadas contra nuestro estado no tiene precedentes: 18 mil sanciones. Cerca de 300,000 millones de dólares de las reservas rusas se han congelado debido a las sanciones. No se ha impuesto ese número de sanciones a ningún otro estado. Al introducir sanciones antirrusas, el Occidente colectivo bajo los auspicios de los Estados Unidos está probando el mecanismo del neocolonialismo global.

Como resultado, hoy en día, todo el planeta tiene que pagar precisamente por las ambiciones de Occidente, por sus intentos de mantener su dominio eludido por cualquier medio. La imposición de sanciones es una continuación lógica de la política irresponsable y miope de los gobiernos y bancos centrales de los Estados Unidos y los países de la UE.

Los propios líderes occidentales ya están revelando que las sanciones no están dirigidas contra individuos o empresas, su objetivo es atacar a toda nuestra economía nacional, nuestra esfera social y humanitaria, a cada familia, a cada ciudadano de Rusia. De hecho, tales medidas destinadas a empeorar la vida de millones de personas tienen todos los signos de agresión. Por lo tanto, aquellos que han desatado una guerra híbrida contra nosotros no reconocen sus errores y están tratando de usar todas las nuevas herramientas ilegítimas para agotar a Rusia.

Los sectores clave de la economía rusa se están adaptando y, en algunos casos, se están recuperando completamente después de sanciones internacionales sin precedentes: se ha establecido la sustitución de importaciones y para los principales grupos de productos agrícolas hemos alcanzado la autosuficiencia casi completa.