Durante meses lo han tenido incomunicado en Polonia y acaban de comunicar que ni siquiera le hacen llegar las cartas: al menos trece cartas dirigidas al periodista han sido enviadas a la vuelta por las autoridades polacas.
GEDAR Langile Kazeta
Pablo González lleva casi año y medio preso en Polonia, en prisión preventiva. Aún no se han determinado los cargos concretos que se le imputan al periodista nabarniztarra, por lo que no han trascendido las supuestas pruebas en su contra. Los ministros de Exteriores de España y Polonia declararon el pasado mes de mayo que los delitos que se les imputan son «muy graves», aunque sin ofrecer sanciones. Sin embargo, mantienen a González en prisión provisional, decisión que los tribunales prorrogan una y otra vez.
Por si fuera poco, el grupo de apoyo organizado en Madrid en defensa de la libertad del periodista ha denunciado recientemente que no le llegan las cartas en condiciones. «Puedo testificar que las autoridades polacas han devuelto al menos trece cartas dirigidas a Pablo González», ha dicho Santiago González, miembro del equipo de apoyo.
Han tenido más de un año de régimen duro de aislamiento: le han mantenido aislado 23 horas al día en la celda, ha estado controlado en todo momento, se le ha negado atención sanitaria y se le ha mantenido en una incomunicación casi total, impidiendo el contacto con sus allegados y abogados de confianza.