El quid de la cuestión

*Amparo Lasheras / GARA

Arana fue el primer hospital de la Seguridad Social de Franco en Gasteiz. Recuerdo que cuando se hablaba de parir en una clínica, mi abuela advertía: «En Arana se roban niños». Con el tiempo ha resultado que mi abuela tenía razón y es verdad que en las clínicas del franquismo se robaban bebes.

Ahora, el Gobierno español acaba de anunciar que el edificio, abandonado durante décadas, se reconvertirá en un centro internacional de acogida de refugiados. La noticia ha originado en el barrio un debate social con muchos matices. Pero ante todo, llaman la atención, por su tinte racista, las palabras del delegado del Ejecutivo de Sánchez el día que acudió a informar a los vecinos. «Es un espacio para refugiados y demandantes de asilo, no para menores no acompañados o migrantes como los que llegan a Canarias». Y añadió «la gran mayoría son familias ucranianas». He aquí el quid de la cuestión. Los refugiados ucranianos son los preferentes. Para eso tienen un presidente aplaudido por la UE que, aunque fascista, enriquece nuestra industria armamentista.

No hay de qué preocuparse: los otros, los desheredados, los nadie, los huidos de guerras lejanas, de expolios y campos convertidos en infiernos, esos no vendrán. Como a los bebes que decía mi abuela, hace tiempo que el capitalismo les robó el derecho a vivir.