John Mearsheimer es el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago, ha trabajado allí desde 1982. Es especialista en las relaciones internacionales, autor de la teoría del realismo ofensivo y las investigaciones de la influencia del lobby israelí a la política exterior de los EE.UU. Ha escrito seis libros y muchos artículos publicados en las revistas como Financial Times, New York Times.
18 millones de personas han visto su conferencia divulgativa dedicada a Ucrania en Youtube.
A principios de marzo de 2022, después del inicio de la operación especial en Ucrania, John Mearsheimer participó en un debate público sobre la situación en Ucrania. Ofrecemos a la atención de los espectadores la traducción de su ponencia. / Telegraph
“Mi ponencia se divide en dos partes. En la primera voy a hablar sobre las causas de la crisis. Luego intentaré hacer las previsiones de sus consecuencias. Es fundamental comprender las causas de la crisis. Hay que entender quién provocó esta situación. Para tener claro de quién es la culpa.
Hay dos puntos de vista: el primer punto de vista es que la crisis está provocada por el Oeste, especialmente por los EE.UU. Otro punto de vista, la causa de la crisis es Rusia. Sin dependencia de qué punto de vista Ud. comparte, el responsable de la tragedia tiene que responder por lo que está sucediendo.
Ucrania perdió a Crimea. Y pienso que va a perder a Donbass. Por eso la pregunta fundamental para mí ahora es: ¿qué territorios, además del este del país, va a perder Ucrania? Aparte de las pérdidas territoriales, la economía de Ucrania está destruida. Se destruyen las ciudades grandes. Todo esto influirá negativamente en la economía mundial.
Este otoño los demócratas van a tener problemas en las elecciones intermedias al Congreso. Los EE.UU. tendrán problemas para trabajar con Europa y China. Especialmente con China, que representa para los EE.UU. la mayor amenaza potencial.
Este conflicto de Ucrania empuja a Rusia al acercamiento con China. Teniendo en cuenta que Europa Oriental va a ser una región muy inestable. En general, es una situación catastrófica. Hay que comprender quién fue el causante.
El punto de vista más común en los EE.UU. y en general en el oeste, que la culpa es de Rusia, y en primer lugar de Vladímir Putin.
Pero hay gente que no comparte este punto de vista. Y particularmente desde mi punto de vista, el Oeste es el mayor responsable de lo que está sucediendo. La causa es la decisión equivocada en abril de 2006 de hacer a Ucrania y a Georgia parte de la OTAN. Quisimos incorporar a Ucrania a la OTAN a cualquier costa. Ya en aquel momento los rusos decían que era inaceptable. Antes ellos ya habían tragado dos etapas de la ampliación de la OTAN al este en 1999 y en 2004, pero insistieron que Georgia y Ucrania no podrían ser parte del plan de esta ampliación de la OTAN y también decían que era una amenaza existencial. Obviamente, en agosto de 2008 había un conflicto entre Rusia y Georgia sobre la posible incorporación de Georgia a la OTAN.
Es importante comprender que la política occidental relativa a Ucrania contaba con tres factores importantes. El primer factor y el más importante es la incorporación de Ucrania a la OTAN. Más adelante, la incorporación de Ucrania a la UE. Y por fin, la transformación de Ucrania en una democracia occidental liberal con ayuda de la revolución naranja entre otras.
Las tres puntas de esta estrategia tenían propósito de convertir a Ucrania a un país pro-occidental a las puertas de Rusia. Repito otra vez. Ya en aquel momento los rusos hicieron comprender que esto nunca pasaría.
La primera crisis seria surgió en febrero de 2014. Con el apoyo de los EE.UU en Ucrania hubo un golpe de Estado. Como consecuencia el presidente pro-ruso Yanukóvich fue derrocado y cambiado por el primer ministro pro-norteamericano. Los rusos no lo aceptaron. Todo este tiempo estaban debatiendo con el Oeste las perspectivas de la incorporación de Ucrania a la UE y la ampliación de la OTAN. ¿Cómo se acabó? Hubo dos consecuencias. La primera: los rusos quitaron a Ucrania Crimea porque no quisieron que Sevastópol fuera una base de la OTAN. La segunda: los rusos apoyaron el inicio de la guerra civil en el este del país desde principios del año 2014.
Pero en el 2021 hubo otra crisis seria. En mi opinión, la causa principal de la crisis del diciembre del 2021 fue que Ucrania de facto se había convertido en miembro de la OTAN.
Todo este tiempo a Rusia le decían que no había ningún peligro de la ampliación de la OTAN al este, que Ucrania no sería miembro de la OTAN. Desde el punto de vista de jure era así. Pero de hecho no. De hecho, estuvimos suministrando las armas a Ucrania. Empezamos a armar este país desde la presidencia de Trump en 2017.
Subrayo. Suministramos las armas, entrenamos, ampliamos las relaciones diplomáticas.
Todo esto dejó perplejos a los rusos, especialmente en 2021. En verano de 2021 Ucrania usó drones contra las fuerzas pro-rusas en Donbass. Luego los rusos se asustaron cuando el destructor británico Defender entró en las aguas territoriales del mar Negro. En noviembre de 2021 nuestros bombarderos volaban a 13 millas de distancia del territorio ruso. Estos acontecimientos confirman el estatus de facto de Ucrania en la OTAN, de que hablé antes.
Todo esto explica por qué en enero los rusos llegaron al punto de ebullición, según las palabras de Serguei Lavrov y por qué hemos entrado en esta crisis. Así, las dos olas de expansión de la OTAN: los acontecimientos en Georgia y en Ucrania. Todo esto determinó la lógica de la crisis actual.
Y los rusos decidieron que no podían aguantar más. Por eso la crisis ahora es de tal envergadura. El resultado de la crisis es que los rusos iniciaron una operación militar en Ucrania el 24 de febrero. Es una verdadera guerra. No una guerra civil, que vimos en el 2014, sino una guerra de verdad. Todo esto nos hace dudar sobre el punto de vista occidental común que ahora domina en el Oeste. En los EE.UU. el gobierno y los medios dicen que todo esto no tiene nada que ver con la expansión de la OTAN al este. ¿Cómo pueden decirlo? Los rusos lo dicen directamente desde el 2008. Para ellos la expansión de la OTAN al este es la amenaza clave. Pero muchos norteamericanos, incluidos los representantes del gobierno, de los círculos de élite, se niegan a creerlo.
En vez de esto inventaron una historia de que la causa de la crisis no es la OTAN, ni la política americana, sino Vladímir Putin, que intenta restablecer la Unión Soviética o tiene unas ambiciones imperiales. Presuntamente, quiere conquistar a todos, y si la OTAN no se ampliase, Putin ya estaría en Berlín o en París. Y por eso él es un agresor.
Este punto de vista tiene dos problemas. El primero consiste en que en 2014 nadie llamaba a Putin un agresor. Aún más, nadie insistía en que la OTAN necesitaba actuar para oponerse a Rusia.
Por eso en febrero de 2014 nadie esperaba de Rusia ninguna acción. Y, como escribía la prensa, pillaron a Obama con los pantalones bajados. Pero tuvimos que justificarnos y por eso creamos un mito sobre la agresión rusa. Decimos que todo era culpa de Putin.
El segundo problema relacionado con este asunto es que Putin nunca dijo que quería revitalizar a la URRS o restablecer el Imperio. Nunca dijo que quería ocupar totalmente a Ucrania. Quizá dentro de su corazón lo desea pero con la cabeza fría entiende que no es real. Porque no tiene tal oportunidad. En primer lugar, porque el ejército de Rusia no es tan grande. El producto interno bruto de Rusia es menor que el de Texas. Texas ocupa el segundo lugar del producto interno bruto entre los estados norteamericanos, superado solamente por California.
Rusia no es la Unión Soviética en sus mejores tiempos. Los rusos entienden que la conquista de Europa del este implicaría muchos problemas grandes. Acordaos de Alemania del Este en 1953, Hungría en 1956, Checoslovaquia en 1968 y los eternos problemas con los polacos. Además los rumanos y los albanos daban a la URRS un constante dolor de cabeza.
Los rusos son razonables y comprenden que la conquista de Ucrania y de los países bálticos es como tragar un puercoespín. Sería una locura. Si analizamos la operación militar que Rusia está llevando a cabo en Ucrania, comprendemos que no es una ocupación. Los rusos no tienen ganas de integrarla a la gran Rusia.
Ahora tenemos que entender a dónde vamos. Para empezar vamos a entender qué es la política exterior de los EE.UU. La política exterior de los EE.UU. es la política de doblar las apuestas. En vez de entender en 2014 que la ampliación de la OTAN no era una buena idea, decidimos duplicar la presión. Justo por esto para el año 2021 Rusia entendió que nosotros de hecho hicimos de Ucrania un miembro de la OTAN.
Y ahora duplicamos la tensión. ¿Qué significa? Incitamos a los ucranianos a resistir. Nosotros mismos no vamos a luchar, pero vamos a luchar hasta el último ucraniano. No vamos a mandar a nuestros soldados, pero vamos a suministrar las armas, entrenar y hacer consultas. Nadie de nosotros cree que los ucranianos venzan a los rusos, pero podrá surgir una situación de empate.
Y ahora la pregunta clave es: ¿Qué van a hacer los rusos? Muchos en el Oeste piensan que si los ucranianos resisten, Vladímir Putin será decepcionado y decidirá que quizá era una mala idea atacar a Ucrania. Y entonces en Moscú habrá un golpe de estado, Putin será derrocado, y en su lugar llegarán los líderes que pensarán bien cómo trabajar con los EE.UU. Y después, los ucranianos y el oeste vivirán muy felices, comerán perdices y echarán a los rusos.
Me dedico a las ciencias políticas toda mi vida y os diré que el mundo no funciona así, y los rusos no funcionan de esta manera. Ya os dije que en abril de 2008 los rusos consideraron la ampliación de la OTAN una amenaza existencial y el ingreso de Ucrania a la OTAN, un riesgo muy grande. Ahora, después del inicio de la operación, estamos barajando la posibilidad de que los rusos pierdan en Ucrania o por lo menos debiliten su posición.
Pero para los rusos es un escenario mucho peor, no pararán nunca en estas condiciones. Probablemente, los rusos no se rendirán pero arruinarán y devastarán a Ucrania. Arrasarán las ciudades grandes, incluido Kiev. Habrá nuevos Faluya y Mosul (las ciudades de Irak). O nuevo Grozni (la capital de Chechenia).
¿Saben lo que pasó entre los EE.UU. y Japón durante la segunda guerra mundial? No aterrizamos en Japón, desde el 10 de marzo la bombardeamos del aire. Murió muchísima gente, había muchas destrucciones, luego llegó el momento de Hiroshima y Nagasaki. Los arrasamos, bombardeamos a Tokio y a otras ciudades, porque no quisimos invadir las islas principales. Así se portan las superpotencias. Cuando las superpotencias tienen grandes riesgos, no se paran. Justo por eso Rusia se quedará en Ucrania hasta su victoria definitiva.
Además en el juego hay dimensiones nucleares. Rusia puso en estado de alerta las fuerzas nucleares de disuasión.
Es una gran amenaza, así los rusos nos hacen saber que se tomen en serio esta crisis. Otra vez quiero haceros saber una cosa muy simple. Si el Oeste empieza a ganar, y Rusia, a perder, así arrinconaremos a un ejército con armas nucleares, y esto va a ser para nosotros una situación mucho más seria que la derrota en Ucrania.
Recordaremos la crisis en Caribe, allí tuvimos la situación menos peligrosa que ahora los rusos en Ucrania. No tuvimos en aquel momento una amenaza de existencia pero muchos consejeros de Kenedy insistían en usar los arsenales nucleares en la lucha contra la URSS. Así se portan las superpotencias cuando se sienten amenazadas.
La situación de ahora es muy peligrosa, y creo que la posibilidad de una guerra nuclear no es muy grande, pero existe tal posibilidad, y esto asusta mucho.
Tenemos que entender las consecuencias de esta amenaza. Por eso hay que tener mucho cuidado en esta crisis. No podemos arrinconar a los rusos. Repito. No estoy seguro, pero un escenario así es posible. Estoy seguro de que en la competición con el Oeste, ganarán los rusos. Podéis pensar ahora: ¿Por qué lo digo? Aquí tengo que responder a la pregunta: ¿Quién está más preocupado: los rusos o los norteamericanos? A los norteamericanos no les preocupa Ucrania. Ya hicieron entender que no van a luchar hasta la muerte por Ucrania. Para ellos no es tan importante. Pero para los rusos es una amenaza existencial. Por eso su determinación es más grande. Según se intensifica el conflicto, los rusos vencerán, no nosotros. Se trata justamente del equilibrio de determinación.
Y otra pregunta: ¿Quién está perdiendo en esta guerra? Puedo suponer, que los EE.UU. no van a sentirse unos perdedores. No nos interesa mucho. Los mayores perdedores son los ucranianos.
Nosotros empujamos a los ucranianos a este peligroso camino. Les animamos a ser parte de la OTAN. Y eso prácticamente sucedió. Les incitamos a esta guerra cerca del territorio de Rusia, a pesar de que Rusia nos hizo entender claramente que no lo iba consentir. Nosotros, el oeste, cogimos una pajita y la metimos en el ojo del oso. ¿Cómo será la reacción del oso? ¿El oso va a sonreír y observar lo qué estamos haciendo? No, el oso va a enseñar los dientes y en nuestro caso destrozará a Ucrania. Recordad el principio: ¿Quién es el responsable de todo esto?
¿Son los rusos culpables? No pienso así. Sin duda, Rusia está haciendo un trabajo sucio, no voy a mentir. Pero la pregunta es la siguiente: ¿Quién empujó a Rusia a hacerlo? Y mi respuesta es muy sencilla: los Estados Unidos son los culpables. Gracias por vuestra atención.”