Entrevista sobre la OTAN al sociologo Aníbal Garzón, miembro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos sociales en Defensa de la Humanidad

Hablamos con un experto en temas internacionales ahora que se acerca la Cumbre de la OTAN a Madrid y cuando se van a desarrollar manifestaciones en Bilbo y en Madrid de rechazo a la misma. Aníbal Garzón es miembro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos sociales en Defensa de la Humanidad. Sociólogo, periodista y especialista en temas internacionales. Trabajó durante varios años en diversos países de América Latina como periodista y en proyectos educativos y de desarrollo. Colaborador en medios de comunicación internacionales como Telesur, Russia Today, HispanTV, Sputnik. Actualmente ejerce de docente en Catalunya. A su juicio la cercana Cumbre de la OTAN “decidirá aumentar nuestro presupuesto militar en las guerras expansionistas de Estados Unidos” y esa realidad “nos empobrecerá a las clases populares”. Añade también que la socialdemocracia, “creada por la CIA en la guerra fría” cumple “con lo que decide Estados Unidos y la OTAN”. Garzón recuerda que “la relación de Estados Unidos y España ya proviene de la línea del franquismo” y que “el fascismo es el bicho que pone el capitalismo para saltarse todas las leyes”. Por lo que concluye que “hay que recuperar la lucha antifascista, pero revolucionaria” para terminar con ese fascismo al servicio del poder económico capitalista.

*Entrevista de Juanjo Basterra (jotabepress.news) para Sare Antifaxista

Nos encontramos a unos días de que se celebre en Madrid la Cumbre de la OTAN, ¿crees que el Gobierno español, autodenominado el más progresista de la historia quiere sacar pecho ante Estados Unidos para garantizar que pueden contar con él y retirar algunas dudas que hubieran aflorado? La cumbre gastará 37 millones de euros (los primeros, claro), mientras se sube la luz, la gasolina, los productos básicos…¿está justificado ese gasto?

No hay que olvidar que la relación de Estados Unidos y España ya proviene de la línea del franquismo. Aquella visita del presidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower en 1959 implementó las primeras bases militares de Estados Unidos y la alianza de España en la guerra fría.

Esto ha llevado a que no ha habido ningún cambio en la política exterior española y siempre ha estado a la orden de Estados Unidos, bien haya un gobierno del PP o del PSOE. Tanto, por ejemplo, como que el PP participó en el famoso trío de las Azores, donde, incluso, violó criterios de la UE, que quería levantar cierto embargo en Irak por intereses económicos de Francia y Alemania. España se alió con el Reino Unido y Estados Unidos violando la legislación internacional.

En el caso del PSOE ha hecho exactamente lo mismo. El PSOE siempre ha tenido ese vínculo con Estados Unidos en todo momento. Lo estamos viendo ahora justamente en el Gobierno de Sánchez con toda su cercanía. Las diferencias que hay es que los gobiernos del PP siempre ha tenido como un criterio a favor de Estados Unidos de manera tajante y el PSOE, al venir de esa socialdemocracia potenciada por Estados Unidos en la guerra fría, lo que intenta es no perder europeísmo, no perder esa línea de tener esa buena relación con Alemania y Francia. Los alemanes fueron los que en parte financiaron a ese PSOE en la falsa transición y lo que buscan, también, es ser un punto entre Europa y Estados Unidos.

No olvidemos que España es de los principales y se puede decir que el segundo inversor en toda América Latina, que es el patio trasero de Estados Unidos. A España siempre le ha interesado tener una buena relación con Estados Unidos, porque le abre el grifo para tener relaciones comerciales y políticas, por decirlo así, con países de América Latina. Si Estados Unidos bloquea a Venezuela, España, tambiėn, y lo lleva a Europa, porque España es la entrada de Europa. Si Estados Unidos bloquea a Cuba, también tiene dificultades España para comercializar con Cuba. Entonces, todo lo que le abre y cierra el grifo a España que es el IBEX 35, el Banco Santander, el BBVA…todas esas empresas tienen mucha inversión y han hecho su injerencia a partir de la Cumbre Iberoamericana de Felipe González. Ha hecho que España esté a la merced de Estados Unidos porque sabe que le abre y cierra el grifo en su política exterior.

Lo que está está pasando es que España vuelve y quiere seguir teniendo su importancia en América Latina, donde además vemos que ha entrado Rusia, incluso la cooperación que tiene Irán con países de América Latina o la entrada de hace años por parte de China, y lo que está haciendo España es una alianza con Estados Unidos. Eso está teniendo una repercusión. Por lo tanto, España lo que está haciendo es nos acercamos, somos fieles a la política exterior de Estados Unidos, somos un país otanista, que hemos quitado el debate interno en el país celebramos el 40 aniversario de la entrada en la OTAN y por eso vamos a celebrar la cumbre en España. Si hay que llevar armamento a Ucrania, es el primer país que cumple ese criterio. España es un país que va a tener esa relación, ese es el discurso de la “socialdemocracia española”, tener buena relación con Israel, que es un buen aliado de Estados Unidos, aceptamos el tema de Marruecos, que es un aliado de Estados Unidos, y por lo tanto lo de Sáhara. Ahí viene todo, España quiere seguir manteniendo la ya histórica cumbre que de Eisenhower con Franco, seguir esa línea porque sabe que le abre y le cierra el grifo en su política internacional.

¿A costa de qué hace eso o, si prefieres, qué pierde el Estado español?

La soberanía. Ese que se dice el gobierno más progresista de la historia es el que ha cumplido con los mismos criterios que hizo Franco, Felipe González, Aznar y lo vuelve a reproducir, incluso, en una escala mayor porque ahora mismo estamos en un mundo multipolar creciente donde se tienen que decidir muchos países, y España tiene que definir si es soberano y si quiere llevar una buena relación con Argelia, con China, con Rusia y con países de América Latina, o finalmente cumple con todos los criterios de la OTAN, es decir todos los criterios de Estados Unidos.

Eso es lo que está pasando. Vemos que España va a gastar 37 millones de euros en la Cumbre de la OTAN, como bien se pregunta, y ese gasto no está justificado, pero no solo ese gasto con todo el crecimiento que ha habido de los precios de la luz, del agua, productos básicos, el petróleo, no está justificado. Además, algo fundamental, no se está entrando en el debate de si España quiere llegar a un presupuesto militar que ahora mismo, si no me equivoco, está en un 0,8% del PIB, el presupuesto visible porque muchas veces hay un presupuesto oculto, es decir si quiere llegar al 2% de presupuesto militar que lo definió en Gales Obama en 2014.

A pesar de todo esto, vamos a tener que aumentar nuestro presupuesto militar en las guerras expansionistas de Estados Unidos y la OTAN cuando tenemos otras necesidades como la vivienda, la salud, la educación y vamos a hacer presupuesto militar. No está justificado porque finalmente es un gasto que realizamos todos los ciudadanos dentro del Estado español: vascos, catalanes, andaluces, extremeños… todos, lo realizamos por el interés expansionista de Estados Unidos, cuando nosotros tenemos unas necesidades y España necesita en este momento tener una política soberana, una política de decisión, de comercializar donde quiera y con quien quiera. Y esta industria militar le va a definir a España y, en general, a toda Europa. Habrá una pérdida de soberanía y tendrá un importante impacto en la inflación que, en general, a quien va a repercutir es a la clase trabajadora

Por lo que se conoce de la Cumbre de la OTAN, va a servir para profundizar en la inversión armamentística y permitir la entrada de nuevos aliados. ¿La OTAN y Estados Unidos se preparan para nuevas guerras? ¿La industria armamentista necesita guerras para producir nuevas armas e invertir para obtener beneficios dentro de la lógica del capitalismo?

Como he comentado, la cumbre de la OTAN tiene dos principales objetivos: en primer lugar, estabilizar ese 2% para que todos los países de la OTAN destinen ese presupuesto militar. Todos: Francia, Alemania, Turquía, España, Grecia… todos. Una idea que se puso en 2014 y hasta el 2024 durante una década todos tienen que llegar a ese nivel. Eso va a ser un punto de seguimiento y monitoreo de dónde está el presupuesto militar de cada estado y la inversión armamentística. Y luego, en segundo lugar, entran nuevos aliados, en este caso Suecia y Finlandia, que han sido dos países neutrales durante la guerra fría, que ahora mismo, ni en los momentos chocantes de la guerra fría entraron, aunque eran aliados económicos del bloque occidental.

No olvidemos que Finlandia es un país de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia. Tiene un comercio con Rusia importante, es el tercero después de China y Estados Unidos. Es un país que se ha definido, y los gobiernos socialdemócrata de Finlandia y Suecia, van a entrar en la OTAN. No lo hace la derecha o la ultraderecha, lo hace la socialdemocracia. Por eso hay que poner siempre la idea de que toda la socialdemocracia es la que fue un fenómeno creado por la misma CIA y Estados Unidos en la guerra fía contra el comunismo. Entonces, toda la socialdemocracia lleva una política más afín a Estados Unidos y a la OTAN que incluso la derecha y la ultraderecha. Por eso hay fenómenos, incluso, críticos con la Unión Europea y la OTAN desde la ultraderecha, pero esta socialdemocracia que se come a la izquierda, entrecomillas, como ocurre en España que el PSOE trata de comerse a Podemos en ese ámbito, lo que está pasando es que la socialdemocracia cumple con lo que decide Estados Unidos y la OTAN.

Tenemos dos aliados, volvemos a ellos, Finlandia y Suecia, que van a entrar, entonces queda claro que el expansionismo por parte de la OTAN llega para crear nuevas guerras desde hace mucho tiempo. Sucede lo que quiere Estados Unidos con esta industria armamentística y, a la vez, generar una tensión importante en Europa para que no se alcance una alianza desde Moscú hasta Lisboa. Quieren crear un nuevo muro de Berlín. No quieren que la Europa occidental hasta la oriental tenga una buena relación, porque puede generar un polo importante de geopolítica internacional y de crecimiento comercial. Ya vemos que Estados Unidos estaba en contra, en todo momento, de la relación entre Alemania y Rusia,

Lo que quiere hacer Estados Unidos es generar nuevas guerras lejos de su territorio, como ha hecho históricamente, para dos fines: una, el beneficio armamentístico. No olvidemos que Biden va a aprobar un presupuesto de casi 800.000 millones de dólares, que es el presupuesto mayor desde la II Guerra Mundial de manera comparativa, superando a Donald Trump. Está fomentando una industria armamentística, porque Estados Unidos es un país que depende mucho de la industria armamentística con 800 bases militares, el negocio que hay detrás de las empresas, el negocio de las armas, de la tecnología, de la inteligencia artificial. Es el capitalismo de guerra básico del Imperio norteamericano.

Entonces, a ellos les interesa generar conflictos a nivel internacional. Ha habido más conflictos que en la guerra fría, incluso desde finales del siglo XX y principios del XXI como los de Afganistan, Irak, Libia, Siria y Somalia. Las 800 bases militares tienen que tener una justificación en las guerras. Además del tema económico volvemos al tema geopolítico, lo que le interesa a Estados Unidos es generar conflictos cerca de Rusia y cerca de China porque son países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, todos ellos considerados economías emergentes) de alianza que están por un mundo multipolar y en contra del unipolarismo o del occidentalismo que lleva Estados Unidos y detrás, la UE. Lo hace para que esas economías no avancen y así intenta ahogarlas. De esa manera, a parte del conflicto de Ucrania, que iba a llevar a una ruptura de relaciones entre Europa y Rusia, intenta bloquear a la economía de Rusia en el escenario internacional para que no se genere un país de potencia.

Rusia es ahora mismo una potencia, que con la caída de la URSS cayó ahogada, pero ahora mismo ha tenido un crecimiento importante en este mundo multipolar con alianzas en Asia, América Latina y lo que intenta Estados Unidos es tener un conflicto cerca con lo de Ucrania, el expansionismo de la OTAN y generar tensiones bélicas posiblemente con Finlandia y provocar una economia de guerra que podría tener problemas económicos dentro de Rusia, en el hecho de que estás en una guerra constante y de tensión cerca de tus fronteras, como podría ser con Finlandia y Ucrania. Además le está pasando a China, ya que Taiwan está acercándose a Estados Unidos; o los pactos militares con Reino Unido, Estados Unidos y Australia, con el hecho de tener misiles nucleares en Australia que podrían enfocar a China, o generar frentes entre Japón y China y Japón y Rusia en el tema de las islas.

Por lo tanto, el Imperio norteamericano con la Cumbre de la OTAN busca eso el expansionismo para intentar ahogar a China y Rusia, esas dos potencias nuevas por un mundo multipolar, que tienen relaciones simétricas con muchos países de otros continentes. Y vuelvo a añadir el negocio de la industria armamentística donde Estados Unidos depende en gran parte de ello. Ese es el fenómeno: hay guerras, hay sangre, pero hay negocio. Es la lógica del capitalismo, la sangre y la muerte.

¿Crees que la UE está profundizando más en su papel de “chico o chica de los recados” de Estados Unidos en este momento? ¿Ves capacidad para hacer frente a los intereses imperialistas de Estados Unidos desde la UE?

Haciendo un análisis histórico, Europa cuando entró en circulación el euro, quería ser más allá de un proyecto económico del Tratado de Maastricht, una configuración política importante en la geopolítica internacional. Y aquí viene un poco lo de la guerra de Irak. Europa, sobre todo, por el eje franco-alemán intentó no entrar en la guerra, no porque eran pacifistas, sino por sus intereses económicos y sus pactos de petróleo con Sadam Husein. A partir de ahí, Estados Unidos dio un golpe de estado, por decirlo así, con la invasión a Irak y, por lo tanto, todos los contratos que tenían Alemania y Francia con Husein quedaban obsoletos. Ahí se vio una Europa polarizada donde Reino Unido y España, que llevaba vinculada con Estados Unidos desde el franquismo, rompían con el eje franco-aleman y daban apoyo a esa invasión con el Trío de las Azores. Vimos una Europa dividida.

En definitiva, a partir de 2003 Estados Unidos vio la debilidad politica de la UE, que no tuvo que hacer frente porque finalmente Alemania y Francia llegaron y cumplieron con todo lo de la OTAN, porque esta alianza les define en su política internacional: ‘si un país se ve amenazado por otro tienen que acudir a la OTAN’. A Afganistan fueron tropas alemanas y francesas, fueron a Irak, fueron a Libia, han ido a Siria. Vemos como lo que ha hecho Estados Unidos es para evitar que la UE tenga una política soberana e independiente que la intentó buscar en su momento 2002-2003 con la entrada del euro, pero finalmente no lo ha hecho.

Europa al no tener un ejercito propio, que Merkel lo comentó y Macron más tímidamente, también, no tiene garantías. Además hay un ministro de exteriores, que es el español Josep Borrell, que está cumpliendo en todo momento las políticas otanistas. Y eso es lo que ha hecho Estados Unidos ha metido desde Solana en los años 95-99 como secretario general de la OTAN, otra compra que hizo Estados Unidos para controlar en todo momento la política exterior de la UE con la OTAN y evitar que la UE busque un ejército propio.

La UE si tuviese un ejército propio le llevaría a tener una política soberana, incluso salirse de la OTAN. Le podría dar una independencia mucho mayor y podría tener una relación con Rusia de otra manera, pero el hecho de tener ahora mismo la OTAN y definirse por todas estas políticas expansionistas que, quien está detrás es Estados Unidos, le acaba perdiendo esa soberanía en la política internacional. Y Alemania, un país donde siempre ha sido crítico, incluso aunque tenga bases militares importantes de la OTAN como Ramstein, ha llevado siempre la política internacional con un carácter más tímido. Se ha visto ahora con la guerra de Ucrania, que ha cambiado la política y lo ha hecho el Partido Socialdemócrata. Merkel tenía una mejor relación con Putin. A partir del Partido Socialdemócrata, que es el mecanismo principal de la política de expansionismo fundamental de Estados Unidos, se ha metido directamente, llevando armamento de Alemania al Gobierno de Zelenski.

En definitiva, Europa desde el 2003 ha quedado relegada al 100% de Estados Unidos por la OTAN, que sigue redefiniendo la política exterior europea y por eso decir NO a la OTAN en su momento cuando finalizó la guerra fría no era solamente porque no existía Pacto de Varsovia, sino porque una Europa fuerte y unida con un proyecto común y todas sus divergencias internas, era tener ejercito propio. Si un país no tiene ejército propio está perdido en la comunidad internacional.

Ante esta ofensiva imperialista de Estados Unidos, a través de la OTAN, ¿podemos estar tranquilos los habitantes de este mundo, no solo de Europa? Hace unos días hemos visto como ha sido Estados Unidos quien ha autorizado a la multinacional española Repsol a vender petróleo desde Venezuela, que hasta ahora lo tenía prohibido, ¿tendremos que pedirle siempre permiso a Estados Unidos? ¿Por qué esta sumisión de Europa? A los capitalistas/neoliberales, ¿no les preocupa, solo quieren el negocio?

En primer lugar, en el capitalismo, sobre todo en el capitalismo financiero de los siglos XX y XXI, las guerras son necesarias para reconstruir su modelo capitalista de manera constante. El capitalismo nos lleva a una saturación, llega a niveles de sobreproducción y estamos viviendo en este momento de crisis más rápidas que había antes. Estamos viviendo crisis cíclicas de diez años, antes eran de 30 años o de 40 años, como tuvimos la crisis del 1973, que ya venía de la crisis de la II Guerra Mundial.

Lo que necesita el capitalismo, y se ve cada vez más claro y ahí viene su medida del PIB, es destruir para construir. A partir de ese momento, tu economía vuelve a regenerarse y tus datos económicos de reconstrucción del PIB, aunque sea el mismo puente que había antes pero tu lo reconstruyes y te suma de que hay riqueza, hay PIB. Pero hace diez años estaba el mismo puente, pero si lo destruyes y construyes se genera esa riqueza. Ese es el modelo capitalista. Es un modelo de producción-consumo de manera constante y, por lo tanto, necesitan que se destruyan las economías para volver a construirlas con sus impactos medioambientales, sociales, económicos y políticos. Esto es lo que hay.

Por lo tanto, una Primera Guerra Mundial, una Segunda Guerra Mundial y se va a una tercera guerra mundial en el sentido de que el capitalismo está saturado, se necesita una guerra para volver a regenerar el capitalismo para empezar otra vez “desde cero” y volver a ese sistema de manera cíclica. Eso es lo que hemos tenido en estas dos guerras mundiales, veremos si es eso o ir generando guerras como ahora que destruyen países y se tienen que volver a construir. Ese es un negocio, el negocio de la postguerra que finalmente hace que países se endeuden y como hace no mucho Alemania dejó su crédito de todo lo que hubo de la reconstrucción de la parte occidental después de la II Guerra Mundial y ha sido dependiente por la reconstrucción.

La guerra es un negocio económico, pero es una estrategia de ahogo geopolítico importante y eso lo utiliza Estados Unidos en todo momento con diferentes países del mundo. Por eso, con la ofensiva imperialista de la OTAN está detrás que las guerras van a ocurrir, cada vez más y más rápidas, porque detrás de la guerra hay negocio y en la reconstrucción también lo hay. Es la esencia del capitalismo.

Ahora, como hemos visto Estados Unidos ha utilizado a la multinacional española Repsol para vender petróleo de Venezuela, que lo tenía prohibido. Que dé permiso Estados Unidos no es algo nuevo. Siempre Estados Unidos decide la política europea con quien debo negociar y con quien no, a diferencia de Rusia o de China que negocian con quien quieran. Estados Unidos decide por sus neocolonias, podemos decir, quien puede hacerlo y quien no.

Eso pasa en Europa por su vinculación y dependencia con Estados Unidos, pero pasa también en el patio trasero (América Latina), donde decide con quién negociar y con quién no. Pone ahora mismo y saca de la Cumbre de las Américas a países como Venezuela, Cuba o Nicaragua porque Cuba y Nicaragua dicen negociar con Rusia sin ningún problema porque son soberanos y quieren negociar con quien les dé la gana. Lo que está pasando es que Estados Unidos boicotea, ahora mismo a Nicaragua porque se está acercando a China y Rusia.

Y otro ejemplo que hemos vivido en 2022 es el tema del Sáhara. Un país, que además la ONU dice que tiene que hacer su derecho de autodeterminación, definir su país como los 17 estados en procesos de descolonización. Europa siempre ha dado apoyo a eso. Pero de repente Trump tiene una relación con Marruecos importante, militar y de abrir relaciones con Israel a final del 2020, y lo que ha pasado es que Trump e Israel aceptan que el Sáhara es territorio marroquí y de manera simultánea y pasados unos meses lo han aceptado los países europeos. El primero, España que tiene un carácter muy importante en ello porque colonizó el Sáhara y estaba en ese proceso de descolonización de los años 70.

Vemos que está decidiendo Washington por sus intereses geoestratégicos importantes en el norte de Africa. Queda claro que Europa al no decir no y al no seguir diciendo que Sáhara tiene que ser un territorio decidido por un referéndum de autodeterminación, ha apostado por un criterio que viola el derecho internacional y que ha sido decidido por Estados Unidos. Es el ejemplo que tenemos ahora mismo en 2022 y queda claro el impacto que ha tenido, por ejemplo en España con el gas de Argelia.

Europa, vuelvo a decir, es una colonia de Estados Unidos, aunque son más desarrolladas económicamente que América Latina, pero en América se dice ‘para los americanos’ y Europa ‘para los norteamericanos’, y ese es el dicho que teníamos que hablar ahora y decir esa frase de la neocolonización y el control que tiene Washington sobre Bruselas.

¿Qué hay detrás de la guerra de Ucrania, con la defensa de su ejército fascista y que desde Estados Unidos y Europa están rearmando? En realidad, ¿están rearmando al fascismo, que recorre Europa cada vez con menos trabas?

No hay que olvidar que el fascismo está vinculado al capitalismo. En los años 30 los modelos fascistas italiano, alemán, incluso el español, fueron apoyados por países capitalistas directa o indirectamente como Estados Unidos, Francia, Reino Unido… en contra del comunismo.

Era el siglo XX y ahora en el siglo XXI los que rearman el fascismo son los países capitalistas, las potencias, sobre todo, Estados Unidos y Europa (Francia y Alemania). Es porque saben que los ejércitos paramilitares fascistas, y esto no es algo nuevo, actúan defendiendo los intereses capitalistas. Lo han hecho en Colombia. Han rearmado al ejército fascista para reprimir a la población campesina, guerrilla de las FARC, del ELN, etc. Lo que hacen finalmente es crear un ejercito fascista paramilitar, no olvidemos el batallón Azov, creado y potenciado por Europa occidental en el Euromaidán en 2014, que era un paramilitarismo en Donbass para matar y masacrar población civil prorusa, que quería un proceso de independencia y autodeterminación, y votaron en un referéndum, y entró en el ejercito oficial de Ucrania.

El fascismo es la otra cara del capitalismo, la cara dura, la cara oscura, la cara fuerte. Muchas veces el capitalismo utiliza la cara del fascismo para reprimir al movimiento de izquierdas o movimientos geopolíticos, en este caso hablamos de Rusia, el gobierno de Putin, para poder dar legitimidad y violar los derechos internacionales. No es nuevo, el blackwater, ese paramilitarismo creado en la guerra de Irak, que es fascismo, es lo mismo.

Lo que sucede es que lo que hacen Estados Unidos y Europa es rearmar al ejercito de Ucrania y también a paramilitares que están vinculados con el ejercito. De esa manera, ese rearme del fascismo es con la idea de generar un discurso ultrachovinista, que se va al fascismo y a la xenofobia, para hacer frente a esa simbología contra Rusia, que estaba teniendo sus relaciones con Europa, una relación histórica con Bielorrusia y en su momento con Ucrania, que tuvo un gobierno cercano a Rusia entre 2010 al 2014 para crear un tratado comercial, y no el de Europa y el FMI. Dieron ese golpe de estado del Euromaidán porque querían que Ucrania fuera un país vinculado a occidente.

En todo eso hay un discurso fascista racista y contra lo ruso en defensa de la patria diciendo que Rusia quiere colonizar Ucrania, cuando ha sido un elemento más de la Unión Soviética en su momento. Por lo tanto, el fascismo se está rearmando, pero lleva mucho tiempo, porque forma parte del capitalismo. Es el bicho que pone el capitalismo para saltarse todas las leyes. Y esto lo han hecho muchísimos países.

Por lo tanto, no hay que olvidar: socialdemocracia occidental y fascismo son dos caras de la misma moneda. De ahí viene la tesis de la III Internacional que hay que recuperarla con la guerra de Ucrania. Estamos viendo como la OTAN, como occidente, está rearmando a un gobierno de Ucrania golpista y fascista contra todo lo ruso, el batallón Azov y eso es peligroso. Además están apoyando el fascismo en los países del Este, en Polonia, en Hungría… porque les va a generar un instrumento con dos objetivos: en primer lugar, un chovinismo fuerte e intentar eliminar lo que no sea europeo en este modelo multipolar, de desarrollo creciente de Asia. Todo lo que no sea de Europa, los inmigrantes y refugiados que vienen son escoria y con esos mensajes tratan de ganarse a la clase obrera. Es un mensaje que en la geopolítica está utilizando la derecha para no perder su hegemonía mundial. La guerra de Ucrania es un ejemplo más potenciado por occidente para rearmar el fascismo.

Y el otro, el fascismo es un modelo que está potenciado por las oligarquías europeas. No olvidemos el caso de Vox en España, el caso de Le Pen en Francia, o en Portugal y en Italia, en Polonia e, incluso, en Alemania. Utilizan todo eso de que esos problemas que vienen de la globalización neoliberal, de refugiados, de emigración, de muchos problemas cotidianos y se está perdiendo el estado del bienestar, lo que hay es que el estado no cubre las necesidades.

La manera de evitar que la clase trabajadora, que los barrios populares, tengan un modelo en contra del crecimiento capitalista es utilizar el fascismo para intentar ganarte esa opinión crítica. Y de ahí nació el fascismo italiano, español, alemán… con mensajes obreristas para que no se fueran a una izquierda comunista o modelos anarquistas. Por lo tanto, el fascismo está potenciado en la geopolítica y a nivel interno lo potencian para tratar de controlar a los movimientos obreros dándoles esos mensajes de apoyo al fascismo.

Si gana Le Pen las elecciones en Francia, en España, Vox, la oligarquía va a estar muy contenta. Va a afectar mucho más a la clase trabajadora y, además, conseguirían ganar en la lucha de clases contra la clase trabajadora, porque la clase trabajadora no ha creado un frente fuerte obrero y campesino para luchar contra el fascismo y, sobre todo, contra el establishment. Por lo tanto, el fascismo es el hijo del mismo capitalismo, son caras de la misma moneda. Creo que hay que recuperar mucho el mensaje de esa III Internacional de los años 30.

En este sentido, aseguran que lo que se pretende con la guerra en Ucrania es cercar a Rusia, pero otros llegan un poco más lejos y lo que plantean es que el imperialismo estadounidense quiere cercar a China, principal competidor de Estados Unidos en materia económica y de bloques, ¿qué opinas?

China le va a superar a Estados Unidos. Es el país que más comercializa con países del mundo. El crecimiento del PIB ha sido constante en el siglo XXI, pasaba las dos cifras, pero ya necesita los recursos de países para seguir manteniendo su economía industrial, y está claro que en el tema económico está ahí. Es verdad que es el ejercito más potente, con un millón de soldados. En cambio, Rusia es una potencia militar. Ha vuelto al escenario internacional, sobre todo en los últimos años de Putin y lo tiene claro, que no es una potencia económica como lo es China, pero sí es una potencia geopolítica, tras su experiencia en la guerra fría ese conocimiento está ahí.

Rusia lo que ha hecho, a diferencia de la Unión Soviética, es un poco como China, el respeto mutuo y negociar con todos los países, sean de izquierdas, de derechas, tengamos nuestras diferencias, tenga conflictos geopolíticos a veces con Turquía, pero es un país con el que tiene buena relación, o tener sus choques históricos con Irán, aunque ahora tienen buena relación. En el mundo multipolar están haciendo eso tanto China como Rusia, pero países también como Cuba y Venezuela que tienen buena relación con Irán y otros. Es el mundo multipolar y es lo que le está enfadando al Imperialismo Norteamericano, que ese mundo multipolar de relaciones es difícil de controlar. Son unas economías, incluso, no dolarizadas, y le está afectando.

Estados Unidos en el caso de Rusia está utilizando a la Unión Europea. Es su peón y entonces, el mínimo coste que está teniendo es generar un conflicto en suelo europeo, generar la otanización de otros países de Europa y que finalmente quien se enfrente a Rusia sea Europa, no Estados Unidos, que está sacando un beneficio de la guerra. Está vendiendo gas a Europa, le está vendiendo materias primas porque no las compran a Rusia, lo mejor de la jugada.

Creo que esa intención de Estados Unidos con China y Rusia le está saliendo el tiro por la culata, porque estamos viendo que en la guerra fría en la URSS tenían conflictos entre ellos muy graves y lo que hizo Estados Unidos fue una política más interesante para sus intereses: Nixon se acercó a Mao y, de esa manera, tuvo una alianza importante y fue un aliado en la guerra fría contra la Unión Soviética. Tuvo conflictos limítrofes con la URSS. Ahora hemos visto que Estados Unidos ha generado un enfrentamiento con China, que ha crecido y Rusia también; lo mismo que a nivel diplomático porque han negociado con países de Africa, América Latina. Lo que ha hecho Estados Unidos es, en lugar de adaptarse al nuevo mundo multipolar, tener un enfrentamiento con Rusia y con China. Con un impacto justo al contrario de la guerra fría de aliarse más fuerte Rusia y China. Vemos cambios en los BRICS. Rusia ve que si le bloquean el gas en UE, que son 300 millones, le pueden vender a China y la India, que son muchísimos más.

Estados Unidos, el imperio, no quiere aceptar que ahora estamos en el mundo multipolar, por eso creo que le ha salido el tiro por la culata. Y su belicismo, guerra o confrontación que intentan llevar no es el mismo impacto, mientras que lo que hace Rusia y China son relaciones internacionales e intereses nacionales mediante la diplomacia.

Lo cierto es que quienes están alimentando esta guerra nos han colocado una crisis económica que, una vez más, pagará la clase trabajadora y las capas populares. Se ve que las grandes empresas y los ricos, están logrando los mayores beneficios económicos que nunca han tenido (IBEX 35), ¿las crisis las crea el capital para recortar derechos sociolaborales?

Siempre ha pasado en todas las crisis del capitalismo, lo que ha venido siempre detrás son los recortes. Entonces, en una crisis del capitalismo lo que hay es un ensanchamiento de las desigualdades populares con la oligarquía. Ahora mismo con esta supuesta crisis, digo supuesta porque lo que están haciendo es criminalizarnos y decir que Rusia es el principal causante de la crisis cuando es una crisis energética, que viene del 2020 y 2021, o con la crisis del petróleo, porque el mundo está más interconectado y es más vulnerable. Si hay una crisis en China tiene un efecto de oleaje que afecta a Europa, si hay una crisis en Brasil puede afectar también a países africanos. Todo está más interconectado y nos hace ser mas vulnerables. Decíamos que las crisis ya no son cada treinta años, sino de ocho o nueve años. Por ejemplo, La crisis subprime (hipotecas de viviendas) de 2008 en Estados Unidos afectó gravemente a España.

Las empresas, el IBEX 35, tiene los mayores beneficios, siempre ha pasado, lo que hacen es generar un efecto sicológico, cuando hay una crisis como la que está pasando ahora, de materias primas, de petróleo… lo que hay es una realidad y algo ficticio. Lo que está pasando es que el mercado se aprovecha, las oligarquías del IBEX dicen como hay una sicología de que hay una crisis y van a aumentar los precios, pero la gente no se va a movilizar porque es algo normal y el problema es Rusia, podemos aumentar los precios mucho más.

Estamos viendo la gasolina, que está a más de dos euros el litro, ven que lo pueden hacer porque las clases se están empobreciendo, pero el debate no está ahí. Se empobrece la gente, pero no hay movilización. Si no existe una movilización y una respuesta, que en parte está subyugada por el discurso fascista, ya vemos que todo los medios de comunicación llevan un trabajo en el Estado español de que el criminal número uno es el independentismo catalán o vasco, o la izquierda rupturista, incluso le incluyen a Podemos que es una socialdemocracia. Y es lo que sucede con la clase trabajadora al no haber una organización o un trabajo comunitario como en los años 70, acaban generando una sobreinformación, un espacio al fascismo.

Veremos en las elecciones andaluzas donde Vox va a crecer, probablemente, donde el PP, pese a la corrupción, está ahí y el PSOE también. Porque no hay un discurso contrahegemónico importante, porque ha faltado el tejido social, porque hoy en día son las redes sociales y los medios de comunicación, pero no hay ese tejido como en los años 70 que le hicieron frente al fascismo, de sindicatos fuertes, de partidos, de asociaciones de vecinos, eso se ha perdido por un modelo más individual.

Sucede, que el IBEX 35 con este tema, se acaba enriqueciendo, aunque existe una inflación desbordada, el pan y todos los productos son más caros y, en lugar de decir que es especulación, lo que hacen es decir que el problema viene de fuera, de Rusia, de la guerra de Ucrania, de Venezuela, del inmigrante, del refugiado… Ese es el discurso del fascismo de llevar a cabo políticas de recortes sociolaborales y, de esa manera, justificar que es necesario y asumirlo como buenos patriotas. Tenemos que recortarnos todos, cuando en realidad los recortes son para las clases populares, mientras las clases altas se llevan el gran beneficio ensanchando la desigualdad. Ese es el discurso constante desde 2008, entonces mucha gente se quedaba sin casas y decían que teníamos que apretarnos el cinturón porque sino vendrían los recortes de la Troika, FMI y el BCE. Tendríamos todos que sufrir, porque nos decían que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, y no es así. La mayoría de la clase trabajadora quería llevar dinero a casa para vivir, que sus hijos pudieran estudiar en la universidad y un servicio público sanitario, tener lo necesario para comer, vivir y tener tiempo de ocio. Ese discurso de que vivíamos por encima de nuestras posibilidades es una manera de criminalizar a la clase obrera, de que es la culpable de las crisis y tal. No es así.

El mercado capitalista está intervenido por la gente que está en las bolsas de Madrid, Nueva York, Francfort…son los especuladores, los del IBEX 35 aquí en España son quienes deciden los precios del gas, de la luz… Sucede que al final el Estado, por toda esa privatización que llevó a cabo Felipe González (PSOE) y luego Aznar (PP), que desmantelaron el aparato productivo español, ahora lo tiene el IBEX 35 con las puertas giratorias y nos acaban mintiendo en el día a día y justifican los recortes de los derechos laborales. Por ejemplo, nos dicen que el SMI no se puede aumentar porque genera inflación, todo es mentira.

Otro problema que se añade a esto es que esa falsa socialdemocracia como el PSOE y esos que van de izquierdas y están subyugados al IBEX 35, que tenían un discurso rupturista en el 15 M (y estamos hablando de Podemos), aceptan las migajas, una reforma laboral cuando no se ha derogado la anterior, sino que nos han implementado unos parches, como el tema de la indemnización por despidos que se ha mantenido; el dar el dinero de ayudas de la gasolina rebasadas por el incremento de la misma. Son migajas. Es como una lavada de cara de los políticos, como que se vea que el gobierno intenta hacer cosas pero no las puede hacer, porque es el capitalismo. Es el gobierno que no lleva una política de nacionalización de ciertas empresas, de derechos básicos para la población, para que no se haga negocio y no lo llevan adelante.

Como alternativa a esos derechos sociolaborales de intentar recuperarlos, te viene el fascismo. Ese es el gran problema. Vuelvo a decirlo, la socialdemocracia y el fascismo son las dos patas del mismo establisment del IBEX 35, que la idea es controlar a las masas y que puedan hacer lo que quieran, aumentar la desigualdad, la pobreza y que la gente vea que el problema no es el sistema, somos nosotros.

Ese es el discurso que nos meten ahora. El problema soy yo, no el capitalismo. Nos están quitando una visión más estructural y social y nos están metiendo un problema sicosocial e individual. Eso hace que veamos ese tipo de enfermedades: ansiedades, suicidios…

Necesitamos una revolución, una modificación y una recuperación y potenciación de los derechos laborales importantes y recuperar la base de la economia. Algo que parece que es utópico cuando se luchaba y se luchó en los años 50, 60 y 70. Hoy parece que es utópico que por decir derechos laborales que se tengan que recuperar parece que seamos Lenin, y simplemente ese discurso tenía que estar recuperado.

Nos están ganando la batalla, la batalla de de las ideas. Como dijo Fidel Castro hay que recuperar la batalla desde el marxismo y los intereses de identidad de clase trabajadora que somos. Ese 99% que representamos tenemos que conseguir romper con este discurso demagógico que es parte de la ideología del sistema dominante que nos lo acaba metiendo. Y el IBEX 35 con sus dos patas: socialdemocracia y fascismo, son dos caras de la misma moneda, vuelvo a decir.

Es evidente, por otro lado, que los capitalistas se apoyan en los fascistas para frenar la lucha social y obrera. ¿Cómo ves en este momento el avance del fascismo en el Estado español, en Europa, en el mundo? ¿Crees que hoy más que nunca la lucha antifascista debe ponerse al frente de las reivindicaciones?

Está claro, el capitalismo utiliza el fascismo, como bien dices, para frenar la lucha social y obrera, apoyándose incluso de simbología obrera, de izquierdas. No lo olvidemos el Nacional Socialismo, el partido de Hitler utilizaba el concepto socialismo y el obrerista lo utilizaba el franquismo, porque saben que es la manera de controlar la lucha de clases contra el mismo obrero.

¿Como puede hacer el capitalismo sus recortes, la élite del IBEX 35 puede recortar y la masa social no se mueva? Con el fascismo, que hace que en lugar de que cojas a Marx, a Lenin y a la bandera roja utilizaremos este tipo de medida. Eso lo ha utilizado siempre el fascismo, lo utiliza Europa. El fascismo tiene un poder mediático y económico, a diferencia de un discurso crítico socialista, marxista-leninista, tus recursos dentro del capitalismo van a ser totalmente limitados, porque eso que llaman democracia es el capitalismo, funciona con quien tiene dinero, que tiene espacios de poder, tiene espacios simbólicos, espacios mediáticos.

Vemos a un partido casi ni existente y se le empezó a dar voz, me refiero a Vox, y ha tenido esos espacios en los medios de comunicación, redes sociales, todo eso lleva atrás un capital, una inversión. Detrás están los capitalistas. Es evidente. En esta sociedad de la información y la comunicación de hoy en día donde el tejido social está bastante roto, estamos en una sociedad individual, los medios de comunicaicón lideran mucho el discurso. Dicen qué es verdad y qué, no. Lo vemos con la guerra de Ucrania que nos dicen quien es el bueno y el malo. Los medios de comunicación son como la religión del siglo XXI, hay detrás un poder y aquí generemos una falta de libertad de expresión, de comunicación y de pluralidad informativa total.

Hoy en día la lucha antifascista es importante, pero el antifascismo tiene que tener una cosa clara, que vuelvo a decir defiendo la tesis de la III Internacional, porque hay un discurso antifascista donde vamos a meter a todo. También el PSOE se llama antifascista, pero no lo es. Aceptó la ley del punto final y donde no ha habido ningún juicio contra el franquismo, porque ellos han estado también en las instituciones. Luego, simbólicamente te cambia a Franco que en lugar de estar en el Valle de los Caídos está en otro lugar, y sí de repente, en lugar de ser más católico que el PP, es menos católico. Por edo, en la lucha antifascista hay que identificar a todos los actores que alimentan el fascismo y ahí está la parte de la socialdemocracia.

Hay que recuperar la lucha antifascista, pero revolucionaria. Porque si vamos con la lucha antifascista con el concepto que utiliza el establishment vuelvo a decir, antifascista se meten todos y hablan como demócratas, hasta incluso gente del PP se llama antifascista ya, por decirlo, y, sobre todo, el PSOE o te sale uno de Vox y te dice que condena el franquismo, cuando es el fascismo puro y duro del siglo XXI. Dentro de la lucha antifascista no hay que olvidar que es lucha antifascista revolucionaria, es el antifascismo que había en la guerra civil, vinculado a las milicias populares, al antifascismo vinculado tanto al anarquismo como al socialismo, el antifascismo es parte de la revolución. Para que haya antifascismo tiene que existir una revolución socialista. La UE condena el comunismo, las instituciones europeas son parte del fascismo porque el comunismo fue precisamente quien lideró la batalla contra el fascismo en la segunda Guerra Mundial.

La lucha antifascista tiene que ponerse al frente de las reivindicaciones sí, pero tiene que quedar claro que debe ser lucha antifascista revolucionaria, porque el concepto de antifascismo está muy ampliado, tergiversado, porque antifascismo en el capitalismo es totalmente contradictorio.

Hace unos días en un tuit que publicaste decías: “Si los medios de comunicación y políticos occidentales te hablan de ‘comunidad internacional’ recuerda que te están mintiendo, se refieren solo a esto (mapa América del Norte, Europa, Australia, Japón). El mundo no son 1000 millones, son más de 7000 millones”. ¿Los medios, supongo que no todos, sí los principales, son parte de la estrategia del imperialismo? ¿Son, a tu juicio, tan culpables como la OTAN, Estados Unidos, Europa…?

Los medios son el cuarto poder. Como dice Ignacio Ramonet tenemos un poder económico, un poder político, un poder militar y el cuarto poder es el poder mediático. Hoy en día la sociedad de la información con redes, internet, teniendo el móvil podemos recibir información durante 24 horas. Es exactamente la estrategia del imperialismo, el control. Hay un imperialismo cultural, no olvidemos que no solo tenemos el militar, sino también el cultural. Es imponer los valores occidentales en todo el mundo, sobre todo los valores occidentales de Estados Unidos y los medios son colaboradores directos. El comer una hamburguesa, Hollywood, vivir así, todos esos modelos, esos parámetros son parte del imperialismo cultural. Y quienes lo utilizan son los medios de comunicación, que finalmente están financiados por las grandes corporaciones de Washington y Europa.

En esta estrategia de los medios son tan culpables la OTAN, Estados Unidos y Europa porque son parte de ellos, son los que te crean esa estrategia del imperialismo cultural. Los países de la OTAN, liderados por Estados Unidos, ahí tenemos la UE que es un peón de Estados Unidos, acaban utilizando qué es bueno, qué es malo, que está bien, qué está mal, quienes son los buenos, quienes son los bárbaros y eso nos lo acaban diciendo en sus medios de comunicación, claro.

El hecho de legitimar, y vuelvo a poner el ejemplo en la política internacional, mientras en Irak hubo cierta resistencia con unos intereses geopolíticos en 2003, hemos tenido guerras como las de Libia, las de Siria, que no ha habido en ningún momento ninguna manifestación en contra, ni siquiera por parte de la supuesta izquierda occidental. Vimos como la invasión de la OTAN en Libia hubo un papel mediático tremendo de los medios de comunicación para legitimar esa guerra como derechos humanos, proteger a la población civil, que si Gadafi estaba matando, que tal y cual. Lo que había detrás era que Gadafi estaba teniendo una política de relación con Rusia, con China y era potencia en el Norte de Africa que molestaba a la UE y a Estados Unidos. Lo que llevaron todo ese aparato mediático de “la comunidad internacional está en contra de las políticas represivas de Gadafi” eran los intereses, el discurso oculto de la OTAN, de Estados Unidos y de la UE que quisieron invadir a Libia para apartar a Gadafi y poner un gobierno títere en beneficio de la geopolítica internacional favorable a sus intereses. Ese es el discurso.

Cuado hablan de comunidad internacional, piensan en Rusia, China o en la India que ya no son comunidad internacional. Y estamos viendo como en la India y China son 4.000 millones de personas, mientras que estos 1.000 millones que están en occidente que son el imperialismo cultural, se viene ya reproducido desde 1.492 y con las invasiones que hubo en Africa y Asia en el siglo XIX.

El imperialismo cultural hay que desmantelarlo, desenmascararlo y eso es importante que salga de la izquierda desde occidente, porque ahora vemos que en América Latina tienen claro qué es el imperialismo, el papel de Estados Unidos, el hecho de que no triunfe por ejemplo McDonalds en Bolivia sería un ejemplo contra el imperialismo, me refiero a nivel general, porque luego hay sectores más oligárquicos.

La Cumbre de las Américas con el apoyo desde México, el discurso de Argentina, el discurso de Bolivia, de Venezuela, con Cuba y Nicaragua ese discurso de que America Latina es para los latinoamericanos, ese discurso contra la doctrina Monroe está creado en América Latina. Pero luego vas a Europa y estamos perdidos, se ve como un peón de Estados Unidos. Nos mete dentro de su modelo de comunidad internacional y nuestro modelo está aceptado dentro de su modelo de imperialismo cultural y somos peones, y Estados Unidos nos dice que está bien y qué mal. Nos invaden constantemente con su ideología, con sus películas.

Los medios y los aparatos ideológicos, no olvidemos la ideología dominante, nos dicen que es lo bueno y lo malo. Nos dicen la estrategia a seguir. Son todos culpables. Primero es Estados Unidos, pero todos los que acaban reproduciendo e insertando en esa parte de esa comunidad internacional también son culpables. Hablo sobre todo, de los países de la OTAN de Europa. Que diga el PSOE que la comunidad internacional es como dice Estados Unidos pues es igual de criminal. Pero, igual lo dice diferente el partido socialista en América Latina o los socialistas en Venezuela.

Tenemos que conseguir que Europa vea también que como comunidad internacional somos un actor más dentro de este mundo multipolar. Ya no no somos el centro del mundo, no estamos en el siglo XV, sino que el mundo es mucho más amplio, hay mas realidades, es multicultural y por lo tanto hay que llevar una política de cooperación, de alianza y, sobre todo, una política de respeto mutuo, no de imposición y nada de decir que somos los defensores y creadores de los derechos humanos, cuando en realidad se violan mucho los derechos humanos en Europa, y España es un país que lo vivimos de cerca.

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