*Oscar Díaz / 4-10-2020 / El Estado (elestado.net)
La unidad antifascista no es algo fácil de conseguir. Muchas veces desde la izquierda más cómoda y fanática, se quiere analizar una situación partiendo de premisas profundamente antidialécticas que, secundándose en su formación solo prueban que son amigos de la OTAN. Calificándose a ella misma como “la auténtica izquierda” solo demuestran que, o les paga Soros o no tienen ni idea de materialismo histórico.
Donbass, en su lucha contra el fascismo y el nazismo patrocinado por la Unión Europea, ha tenido que soportar, de manera legitima y realizando elecciones, a todos los partidarios de la soberanía de Ucrania. Sus ciudadanos salen a las calles de las Repúblicas Populares para exigir el derecho a decidir de sus pueblos, y el fin de los bombardeos a la población civil.
La violencia de los fascistas y nazis ucranianos ha supuesto masacres, incendios, asesinatos a opositores del Maidán, ataques con morteros a escuelas infantiles, violaciones a mujeres, tratados de paz eliminados y vulnerados por el ejército de Kiev.
Esta grave situación ha sido clave para alcanzar la unidad de las fuerzas políticas antifascistas en la defensa de su tierra, sus lenguas y derechos. Han llegado a tener que unirse muchas fuerzas políticas que rozan el antagonismo con los Partidos Comunistas de Ucrania, de Donekts, de Stopvoda… Incluso los anarquistas se han aliado con zaristas, cosacos católicos, liberales partidarios de Putin… Motorola y Strelkov por ejemplo son zaristas y a la vez héroes del Donbass antifascista. No es fácil la convivencia y los partidos han ido avanzando cada uno en base a su interés…
¿Cómo se ha conseguido esta unidad y su pervivencia? Todos se han proclamado en contra del fascismo ucraniano que vulnera lenguas, ataca a partidarios de los pueblos eslavos y destruye el patrimonio cultural ruso que forma parte de la historia y patrimonio de los países balcánicos.
También el asesinato indiscriminado de civiles hizo que muchos grupos fascistas se marcharan con la cabeza agachada y que otros se unieran a lucha. Lo que permitió convivir a Chetniks de Serbia y Zaristas de Rusia con comunistas, republicanos, pro soviéticos, socialistas, anarquistas…
Más allá de lo que piensan los izquierdistas, esta unidad es necesaria, en el actual escenario no se habla sobre socialismo, si no de supervivencia. Motorola siendo zarista ha asistido a entierros de los miembros de la Brigada Prizark (comunistas) porque al igual que Mozgovoy él es antifascista, y los fascistas están eliminando todo rastro de vida allá por donde pasan sus tanques junto con los yihadistas chechenos.
Cabe en este momento recordar que sin unidad se podría volver a vivir la crisis que vivió el este de Europa tras la caída del muro de Berlín, puesto que el actual gobierno de Ucrania tiene los rasgos característicos de los crímenes del fascismo en Europa contra judíos, gitanos, cosacos y serbios, en los países soviéticos. Muchos no concebirán de manera dialéctica la unidad de fuerzas revolucionarias como lo hizo el Partido Comunista de China (PCCh) con el KMT cuando el Imperio Japones invadió China.