*Diario Octubre
Cuando las batallas empiezan mal, acaban peor. Lo que empezó con el desmantelamiento de la URSS en 1990, ha acabado con guerra en el Cáucaso y guerra en el Donbas. Es un tipo especial de guerra: de esas que no se acaban nunca, ni hay manera de darles fin porque los acuerdos de paz no son tales.
Para acabar con la Guerra de Ucrania las partes firmaron los Acuerdos de Minsk, de los que también son partes terceros países en calidad “garantes” de su cumplimiento. Ahora uno de esos garantes, el embajador ruso Boris Gryzlov, dice que Ucrania no admite los acuerdos de paz y tratará de recuperar el Donbas por la fuerza de las armas.
El nuevo Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, parecía algo diferentes de los nazis que le precedieron, pero no es así. En su sitio web se puede leer lo siguiente: “El principal objetivo de nuestra delegación, así como de todo el Gobierno, es la devolución de todos los territorios temporalmente ocupados exclusivamente en términos ucranianos”.
Al respecto, el comentario de Gryzlov apunta los siguiente: “Esto contradice fundamentalmente la base misma de los Acuerdos de Minsk […] Por supuesto, esta posición es legalmente nula, pero sus consecuencias políticas son desastrosas. Las autoridades ucranianas están obligando a los representantes de Donetsk y Lugansk a adoptar medidas de represalia y no deben quejarse cuando se apliquen esas medidas. Kiev debería volver a la aplicación de los acuerdos de Minsk, a la aplicación de sus anteriores promesas electorales”.
Gryzlov recuerda también que la resolución del Parlamento ucraniano sobre las elecciones locales, violaba igualmente los acuerdos de Minsk y no había sido corregida.
Para Gryzlov la decisión de Zelensky de retirar a Vitold Fokin de la delegación de Kiev en los grupos de contacto es reveladora. En su opinión, era el único profesional entre los representantes de Kiev que llamaba a las cosas por su nombre.
En su mensaje el embajador ruso pide a los mediadores internacionales que pongan encima de la mesa la responsabilidad de Ucrania en las negociaciones. “Es la parte ucraniana la que está frenando cualquier acuerdo”, añade el embajador ruso.
Kiev trata por todos los medios de evitar grabar las actas de las reuniones del grupo de contacto y de fijarlas en vídeo o audio. Esta posición, dijo, muestra una falta de voluntad para cumplir las obligaciones asumidas.
“La parte ucraniana se ha retirado de las medidas adicionales para reforzar el alto el fuego. Se han bloqueado todas las propuestas para coordinar y supervisar el cumplimiento del alto el fuego, se han roto los acuerdos anteriores sobre inspecciones conjuntas de Ucrania y Donbas, y se están estableciendo posiciones de las fuerzas armadas ucranianas en las zonas de retirada. Todo esto sólo puede considerarse como preparación para una nueva acción militar ucraniana contra Donetsk y Lugansk”, concluye Gryzlov.