*Esta cronica que reproducimos a continuacion ha sido escrita por el politologo ucraniano Andrey Manchuk y su titulo original es «Un día para evaluar los efectos de cinco años de propaganda en Ucrania«. Fue publicada el pasado dia 17 de mayo por la Agencia de Noticias News Front / La fotografia que abre esta cronica corresponde al desfile del Regimiento Inmortal de la ciudad de Járkov, al este del pais, que se realizo con la bandera de la Victoria pero en esta, a diferencia de la original, no aparecia la hoz y el martillo, ilegal en Ucrania tras el golpe de Estado de 2014.
La celebración del Día de la Victoria fue un típico escenario del pasado. Sin embargo, es importante, en primer lugar porque, contra los deseos de los Vyatrovich y Poroshenko, sigue siendo la fiesta más importante de Ucrania. En segundo lugar, porque el Día de la Victoria ha demostrado ante qué tipo de presidente se enfrenta Ucrania a partir de ahora.
La celebración del Día de la Victoria en Ucrania demostró que Poroshenko no se ha ido a ninguna parte. Los participantes en el acto “Nadie olvidado, nada olvidado” (como finalmente se llamó a la versión ucraniana del “Regimiento Inmortal”) que salieron a las calles para honrar la memoria de los héroes de la lucha contra el nazismo fueron, una vez más, humillados y perseguidos. Esto fue especialmente evidente en la capital, donde las autoridades delegaron la protección de las marchas antifascistas en los nazis del C14. Debían “proteger” a los manifestantes como representantes de la “Guardia Municipal” pública.
La extrema derecha participó en la seguridad y en la pelea. Para empezar, los nacionalistas y la policía detuvieron a una mujer a la que se le acusa de utilizar una gorra con una pequeña estrella roja. Los incidentes continuaron durante todo el “regimiento inmortal” desde la estación de metro Arsenal hasta el monumento a la Gloria Eterna y la tumba al soldado desconocido. Vestidos de camuflaje, los patriotas obligaron a los asistentes a retirar los lazos rojos, aunque no llevaran símbolos. Los bots de Poroshenko en la multitud portaban retratos de Reagan, del diputado Dmitro Yarosh o de la actriz porno Sasha Grey en lugar de sus antepasados que lucharon en la guerra. Finalmente, junto al fuego eterno, los participantes en el acto se encontraron con la extrema derecha gritando “comunistas a la horca”. Los nazis cantaron canciones sobre su “abuelo Bandera”, amenazaron a los periodistas e hicieron todo lo posible por avivar el conflicto entre la población.
Además, los miembros del C14 trataron de atacar la marcha pacífica de los socialistas. Los receptores de medallas de la Iglesia “por el sacrificio y amor por Ucrania”, que Filaret les entregó el día anterior, atacaron a los manifestantes y la policía no hizo nada para impedirlo, simplemente hicieron como si no pasara nada. Es más, según el periodista Anatoly Sharii, la extrema derecha utilizó la marcha para perseguir y hacerse con información sobre los lugares de residencia de los participantes en el “Regimiento Inmortal”.
Incidentes similares se produjeron en otras ciudades del país. Por ejemplo, en Zaporozhie, la policía retuvo a una niña por su gorra partisana pese a las lágrimas y gritos de la niña. Los manifestantes gritaban “vergüenza”, pero la policía justificó sus actos por la ley que prohíbe símbolos comunistas y nazis. Eso sí, inmediatamente se les recordó que los nazis locales realizan constantemente marchas en Zaporozhie, en las que no dudan en utilizar runas nazis.
En Krivoy Rog, los nacionalistas lanzaron piedras a los autobuses en los que muchas personas se acercaban a los actos. En Járkov, los ultras lanzaron latas a los organizadores del “Regimiento Inmortal”. Sin embargo, en Odessa, la extrema derecha siguió a los manifestantes en la distancia, principalmente por la diferencia numérica.
“En este momento tenemos 33 incidentes registrados por el uso de símbolos prohibidos, trece de ellos por uso de cintas de san Jorge. Los trece casos han recibido sanciones administrativas”, afirmó el portavoz de la Policía Nacional de Ucrania. En cinco casos se abrieron causas penales.
Todavía no se puede acusar de estos incidentes a Volodymyr Zelensky, ya que el país sigue bajo control de Petro Poroshenko, que está haciendo nombramientos a diestro y siniestro con el objetivo de conseguir el mayor número posible de seguidores en el futuro. La noche del 8 de mayo, Poroshenko atacó abiertamente a los participantes en el “Regimiento Inmortal”, calificando otra vez el acto como un arma política de Moscú. Y eso marcó el foco de las historias de la prensa, que cubrieron el Día de la Victoria como si el mes pasado no se hubieran celebrado elecciones. En este contexto, es casi una forma de heroísmo la decisión del canal de televisión Inter de dar a su audiencia una programación especial sobre el día que incluyó un concierto con canciones soviéticas de tiempos de la guerra.
El interés que causó la programación claramente demuestra que el público exige recordar la guerra. El “Día de la Victoria” en Inter fue visto por 12,2 millones de personas. El maratón de cinco horas “Nuestra Victoria” reunió al 11,4% de la audiencia de televisión mayor de 18 años. Los ucranianos vieron con interés la historia de la captura de Berlín y la ocupación de Ucrania, escucharon las historias sobre los campos de concentración y la identidad de la persona que liberó Kiev, el general Vatutin. Y, lo que es más importante, vieron la retransmisión de la marcha de Kiev.
Inter también presentó a su audiencia un documental titulado “Las caras de la Victoria. Nuestra causa es justa”, una serie de producción propia de seis capítulos “Ni un paso atrás” y las películas populares soviéticas: “Era el cuarto año de guerra” y “Uno, dos, iban los soldados”. El concierto homenaje “Victoria. Uno para todos” reunió al 19,1% de la audiencia y fue lo más visto.
Según la Policía Nacional de Ucrania, el 9 de mayo de 2019 salieron a las calles del país 700.000 personas. Aunque esta información no sea exacta, está claro que el Día de la Victoria sigue teniendo el estatus de celebración masiva, especialmente si se compara con los actos del 8 de mayo. La participación en esta fiesta creada artificialmente tras el Maidan como “Día del Recuerdo y la Reconciliación” ha decaído este año al perder la histeria que la acompañaba otros años. El Día del Recuerdo fue una creación del nacionalismo oficial, que se ha intentado imponer en la sociedad por medio de propaganda y medidas administrativas, que no ha tenido en cuenta la importancia que sigue teniendo el Día de la Victoria que tratan de hacer caer en desgracia. Los actos oficiales claramente no tienen ningún tirón y se celebran para la foto, sin interés.
“La participación en el Día de la Victoria se ha convertido en una prueba para ver cuál es la oposición al actual régimen, esa a la que no se permite ninguna otra manifestación”, afirmó el líder de la Unión Anarquista de Ucrania, Vyacheslav Azarov, de Odessa. En la misma línea se mostró el alcalde de Kiev, Gennady Kernes, que ya ha propuesto que se devuelva el nombre del Mariscal Zhukov a la avenida que lo llevaba. En cuanto a otros políticos, se quedaron a la espera de ver algún signo de Volodymyr Zelensky para ver cuál será la línea oficial para el nuevo Gobierno de Ucrania.
Sin embargo, parece que Zelensky mismo no tiene muy clara cuál es su postura. El 8 de mayo, celebró la habitual escena de confraternización de un veterano soviético y una veterana de UPA, imitando actos que en el pasado ha realizado Poroshenko. Al día siguiente, el “equipo Ze” publicó una imagen del presidente electo junto a la tumba de su abuelo, que luchó en la guerra. Zelensky acusó a Rusia de intentar quedarse con una fiesta que es común con los ucranianos, repitiendo otra vez la retórica de su predecesor. Y no lo llamó Día de la Victoria. En su lugar utilizó el término estadounidense “Día de acción de gracias”, aunque la victoria contra el nazismo no tenga nada que ver con la historia de conquista de los americanos.
La postura del presidente Zelensky no quedará clara hasta el próximo 9 de mayo. De hecho, la popularidad de esta celebración para la población del país da a Zelensky dos opciones: ¿estará con la población o con el entorno de Poroshenko?