Entrevista al antifascista Francisco Abad sobre la situación en el Donbass.

«ESTOY SEGURO DE QUE LA IZQUIERDA UCRANIANA VOLVERA A TENER PERSPECTIVAS, ME APOYO EN UN ANALISIS OBJETIVO DE LA SITUACION ACTUAL»

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Esta es una entrevista realizada al militante antifascista Francisco Abad por Andrey Lubenskiy para el medio de comunicacion «Ukraina.ru» y que reproduce la web «Revista la Comuna» y que ha sido traducida por el Conceyu Antimperialista d’Asturies

Francisco nació en Moscú en el seno de una familia de exiliados republicanos y tomó parte en la lucha clandestina contra Franco en las filas de la sección española del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional. Con su esposa, ucraniana soviética, apoya a las fuerzas antifascistas en Ucrania y comparte su experiencia con la izquierda postsoviética.

Francisco, pronto va a participar en una acto informativo en Gijón para contar la verdad sobre lo que acontece en Ucrania y en el Donbass. Cuéntenos ¿quiénes participarán en este acto y de qué va a tratar? ¿están al tanto de la situación en Ucrania el común de los españoles?

No es el primero y esperamos que no sea el último acto solidario con los antifascistas del Donbass. Nosotros mantenemos un trabajo informativo permanente, contrarrestando la posición oficial de los medios occidentales y contando la verdad a la gente. Creemos que es importante, ya que la mayoría de los españoles recibe la información sobre Ucrania a través de las fuentes informativas que apoyan al gobierno de Kiev.

Nuestro acto se realizará conjuntamente con el sindicato regional CSIA en las oficinas municipales, de este modo trataremos de llevar la verdad sobre la situación del Donbass a un auditorio más amplio. A este tipo de actos acude un promedio de 20-30 personas, es un trabajo de hormiga, con el objetivo de involucrar a la gente, explicándole la importancia de los acontecimientos que ocurren en Ucrania.

¿Cual es el resultado de estos actos?

En primer lugar, nosotros queremos involucrar a la gente ligada a los sindicatos y el movimiento de la izquierda en España y en Asturias, los que entienden la situación política actual. Al ciudadano común le interesa poco lo que ocurre fuera de las fronteras de España. Como ya he mencionado, los grandes diarios, como El País en España, Le Monde en Francia o The Guardian en Gran Bretaña han moldeado en el auditorio europeo un punto de vista pro-occidental sobre los acontecimientos que se desarrollan en Siria, Yemen o Ucrania. También se tergiversa la información sobre América Latina, especialmente lo que ocurre en Venezuela. Estos medios no tienen ni sombra de objetividad, sólo hacen pura propaganda.

Sin embargo, hace unos días en la televisión española salió un reportaje chocante sobre los campamentos especiales, donde los nacionalistas ucranianos enseñan a los niños cómo matar, ¿para qué lo mostraron? ¿está cambiando el occidente su opinión sobre lo que acontece en Ucrania?

Yo no descarto que en los medios informativos se está generando cierto cambio. Durante estos cinco años se fue poco a poco acumulando la información sobre los crímenes de los nacionalistas ucranianos. Y ahora, frente la magnitud de los hechos conocidos, es difícil tratar de presentar a la extrema derecha ucraniana como un grupo de “marginales políticos”. Este término es frecuentemente usado por los liberales, que justifican el régimen ucraniano; según ellos, los neonazis existen también en Rusia y otros países de Europa. Eso es cierto, pero en otros lugares ellos no caminan por las calles en formaciones armadas, asaltando sedes de periódicos o cazando a los opositores, como ocurre en Ucrania, donde a los inconformes los pueden apalear, matar, bañar con ácido o, simplemente, quemar vivos como ocurrió el 2 de mayo en Odessa.

En otras palabras, ¿el reportaje sobre el campamento nacionalista puede representar una nueva tendencia?

Si. Yo pienso que se prepara el terreno por si Poroshenko pierde las elecciones, en caso de haberlas. Porque para mantenerse en el poder él puede cancelarlas declarando estado de guerra y agudizando el conflicto en el Donbass. El hecho de que los políticos europeos por fin se percataron de la corrupción que hay en Ucrania, insinúa la posibilidad de una figura nueva para la silla presidencial, que podría ser Yulia Timoshenko o alguien más. Sin embargo, esto no significa que ellos cambiarán su curso político, sólo contemplan la posibilidad de hacerlo con las manos de otros políticos.

Reconocer la situación real en Ucrania pondría en peligro las carreras de muchos políticos europeos. Por eso la Unión Europea no quiere reconocer, que la escalada del conflicto armado en Ucrania empezó a raíz del Euro-maidan. Eso está descartado. Ellos se han involucrado con el Maidan de tal manera, lo apoyaron en el campo informativo y el financiero, que están condenados a blanquearlo hasta el final.

Sin embargo, ¿estos escenarios en la televisión española pueden indicar la intención de Europa de achacar toda la culpa y las trágicas consecuencias del Maidan a Poroshenko?

Si, lo más probable. Es iluso pensar que el Occidente abrió los ojos, aunque el mismo concepto de “Occidente” es bastante impreciso y su composición política es compleja. La Comisión Europea, el Consejo de la OTAN y otras estructuras supra-estatales no cambiarán su línea con respecto a Ucrania. No tiene sentido esperar que Merkel se arrepienta públicamente por apoyar al Maidan, porque la prensa alemana está publicando cada vez más reportajes sobre las “hazañas” de los neonazis ucranianos. Aunque las autoridades europeas están al tanto de estos hechos hace tiempo.

En su momento usted luchó desde la clandestinidad contra el régimen dictatorial de Franco, formando parte del movimiento de la Resistencia. Vuestra lucha tuvo éxito. ¿Podría ser útil la experiencia española para Ucrania, donde a la mayor parte de la población no le gusta la extrema derecha?

Cuando luchábamos contra la dictadura desde la clandestinidad, no teníamos plataformas legales de izquierda de ninguna índole; ellas aparecieron sólo después de la muerte de Franco. Todos los partidos de izquierda trabajaban desde la clandestinidad, utilizando la valiosa experiencia de los bolcheviques rusos. La lucha contra el régimen fue larga, comenzó en los años 50, aunque el Partido Comunista había iniciado su trabajo en la clandestinidad desde finales de la Guerra Civil. Muchos antifascistas perecieron en esta lucha.

Pero hay que entender, que mientras en España la dictadura fascista se establece después de la Guerra Civil, en Ucrania las cosas fueron distintas. Hasta el Maidan en su país existía un régimen relativamente democrático y no había guerra. Y de pronto todo se derrumbó, dejando a mucha gente en el aire y desprevenida. Ahora muchos no entienden cómo se puede luchar contra el régimen, aunque el descontento con la difícil situación económica está creciendo continuamente y esto puede favorecer al resurgimiento de la izquierda, que actualmente está prohibida.

Actualmente, con la izquierda prohibida, el espacio de la protesta social lo aprovechan los nacionalistas.

Exactamente. La extrema derecha ucraniana utiliza activamente la demagogia social. Es una tradición en todos los movimientos fascistas, ellos a menudo utilizan el discurso social, pero esto es pura demagogia.

¿Hasta qué punto puede ser peligroso? ¿ Podrá el pueblo creer en lo que dice la extrema derecha y dejar que llegue al poder?

En el caso de Ucrania, lo dudaría mucho. Los radicales están controlados por las autoridades que, a su vez, no podrían sobrevivir sin apoyo de las bandas fascistas. Los políticos, los funcionarios y los servicios de seguridad tienen lazos estrechos con la extrema derecha, lo que no es un secreto para nadie.
Además, los nacionalistas ucranianos han demostrado su incapacidad para crear un partido único con un solo líder supremo y esto se debe a que estos grupos tienen distintos patrocinadores-oligarcas. Estas formaciones radicales compiten entre sí en el campo político y activamente colaboran con el mundo criminal. Y esto repercute en la situación del país, donde continuamente crecen la impunidad, la violencia y el caos político.

Para confrontar la ofensiva de la extrema derecha es necesario trabajar en la estructuración de un amplio movimiento por el socialismo, que uniría a los activistas de distintas organizaciones. Lo que quedó del Komsomol (Juvenudes Comunistas), del Partido Comunista y del Socialista. Yo, personalmente, soy simpatizante de la organización “Borotba” (La Lucha) y mantengo con ellos un vínculo informativo.

Usted conoce bien la situación política en Ucrania.

Mi mujer, Lidia, es oriunda de la región de Poltava. Estamos siempre pendientes de las noticias sobre Ucrania en los medios de comunicación y las redes sociales, para estar al corriente. También seguimos las publicaciones de los nacionalistas, para saber lo que ocurre en su campo. Ahora, entre la derecha ucraniana se nota la desmoralización y la fragmentación. Los liberales patrióticos comienzan a tener miedo de sus amigos fascistas que estaban con ellos en el Maidan. La crisis social aviva el descontento de muchos ucranianos y a medio plazo este viento soplará a favor de nuestras velas.

En otras palabras, ¿la izquierda ucraniana volverá a tener perspectivas?

Estoy seguro de que sí, me apoyo en un análisis objetivo de la situación actual.

En España los movimientos independentistas tradicionales, como los de Cataluña, Euskadi, Asturias, Galicia, exigen una mayor autonomía o la independencia de Madrid ¿tiene eso alguna semejanza con Ucrania? Hoy a la gente del Donbass los llaman separatistas, pero si nos acordamos de la caída de la URSS, es fácil ver como los propios nacionalistas abogaban por el separatismo en aquella época.

Las autoridades españolas continúan ignorando el carácter multinacional del país. Aunque este nunca ha sido mononacional como, por ejemplo, Polonia, donde todos son polacos y católicos. Si hablamos de Cataluña, esta tiene su propio bagaje histórico, como cualquier nación. La lucha por sus derechos de distintas regiones históricas se agudiza y adquiere un carácter social. El gobierno conservador anterior trató de contrarrestar esta situación movilizando las fuerzas de la extrema derecha, partidarios de “España Una y Grande”. Sin embargo, la profundización de la crisis económica y social se acelera.

En los canales de la TV rusa aparecen declaraciones de los liberales, que idealizan a Europa y la pintan como un paraíso terrenal. Pero los que vivimos aquí sabemos que esta idea no tiene ninguna relación con las realidades europeas. La crisis social se profundiza, sobre todo en la parte del sur de la UE. Millones de personas pierden su empleo y los subsidios ya hace tiempo que se han recortado debido a las reformas liberales. Hoy el subsidio social está cerca de 360 euros, mientras que el promedio del alquiler de un piso en nuestra ciudad oscila entre 400 y 500 euros. Imagina en qué condición puede vivir una familia que depende del subsidio.

¿La situación en la UE también empeora?

Seguirá empeorando en todos lados, ya que nos encontramos en una crisis económica global. Es una crisis estructural, ya no se trata de una crisis temporal como lo fue en los 70 u 80 del siglo pasado. Por eso el peligro de una guerra es real, la escalada de la tensión bélica confirma el hecho de que el mundo se encuentra en un callejón sin salida.

En este escenario la izquierda europea debe revivir el movimiento anti-imperialista, anti-guerra y anti-OTAN que estaba presente en Europa hasta los años 90. Es vital. Nos llevan diciendo un cuarto de siglo que la OTAN es la defensora de la democracia y de la libertad, pero el ejemplo de Ucrania demuestra lo contrario: la OTAN crea las condiciones para una nueva guerra en Europa.
Lo mismo pasa en Siria, Yemen o Venezuela. En todo el mundo en los conflictos actuales está presente un jugador clave: los USA y su satélite, la OTAN. Los Estados Unidos están jugando hoy el papel desempeñado en su tiempo por el Imperio Británico, el papel del centro político-militar del capitalismo global.

¿No es casualidad que se invierta grandes recursos financieros para promover la entrada de Ucrania en la OTAN?

Yo recuerdo cómo entró España en la OTAN. Nos decían: necesitamos entrar en la OTAN para entrar en la Unión Europea, porque la UE es el único camino hacía el progreso. La izquierda española desarrolló una campaña activa de rechazo, consiguiendo la realización de un referéndum, pero perdió gracias a los socialdemócratas, que inicialmente estaban en contra de la entrada en la OTAN y luego cambiaron de opinión, cuando pasaron a ser parte del gobierno. Nosotros organizamos protestas multitudinarias anti-OTAN, marchas con millones de participantes. Si no fuera por la traición de los socialdemócratas, España no estaría hoy entre los miembros de la OTAN.

Los partidarios de la entrada de Ucrania en la OTAN también dicen que es indispensable para entrar en la Unión Europea.

Es el mismo esquema propagandístico, con la diferencia de que ya son otros tiempos y nadie realmente cree que Ucrania algún día será miembro de la Unión Europea.

Usted dijo que su mujer es oriunda de Poltava. ¿Como influyó este hecho en su interés por Ucrania, en el conocimiento del idioma?

Lidia viene de una familia de habla ucraniana y yo aprendí algo de ucraniano, más bien de su versión de la región de Poltava. Hasta me comunicaba en él con mi suegra.

 El dialecto de Poltava es, justamente, la versión mas correcta del ucraniano.

Así es, pero ahora los nacionalistas tratan cambiar las normas del idioma ucraniano para hacerlo lo menos parecido al ruso. En esa dirección va también la ridícula mitificación de la historia ucraniana. Todo esto se hace para erradicar la herencia de la ideología internacionalista soviética que proclamaba igualdad para todas las naciones. Mi mujer y yo salimos de la URSS antes de su desintegración, pero nos seguimos considerando soviéticos, por eso para nosotros fue natural reaccionar a los trágicos acontecimientos que se están dando en los últimos años en nuestra patria.

Ahora crecieron nuevas generaciones que ya no recuerdan como era la vida soviética.

No es que no la recuerden sino que con frecuencia tienen una imagen totalmente distorsionada. La gente joven trata de convencerte que en tiempos de la URSS el idioma ucraniano estaba prohibido, cuando existen libros, periódicos, canciones, películas… En ucraniano se publicaban libros de autores soviéticos y se traducía al ucraniano las obras maestras de la literatura mundial. Tenemos la casa llena de estanterías con estos libros, por eso nos causan risa y a la vez tristeza estas ridículas declaraciones de los nacionalistas. Queda en evidencia el enorme trabajo propagandístico hecho por el enemigo durante estos años, para tratar de reescribir la historia y enfrentar entre sí a los pueblos otrora amigos.

Sin embargo, ustedes conservan el optimismo histórico y tratan de ayudar a los trabajadores ucranianos en su lucha por la paz, la democracia y sus derechos laborales.

No podemos quedarnos con los brazos cruzados. Tratamos de coordinar esfuerzos con compañeros en otras ciudades de España y otros países de la Unión Europea. El movimiento de apoyo al Donbass existe en países como Grecia, Italia, Alemania y otros.

Desgraciadamente nuestro enemigo común está bien organizado, mientras que la izquierda no cuenta con aquella tradición de solidaridad que tenía en el pasado. Durante la Guerra Civil a España llegaron más de 50 mil voluntarios de las Brigadas Internacionales, entre ellos conocidos escritores y figuras públicas de Estados Unidos y Europa. Es vital recuperar este frente de unidad antifascista en Europa, ya que la extrema derecha está levantando cabeza no sólo en Ucrania sino también en la Unión Europea. Parece que se están inspirando en la experiencia del golpe fascista en Kiev.

Claro que es una tarea extremadamente difícil. Pero hay que tratar de hacer algo al respecto. Las fuerzas antifascistas necesitan unificarse.

Conceyu Antiimperialista d’Asturies.

Entrevista realizada por “Ukraina.ru”.

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