*Articulo de colaboración de un delegado sindical del sindicato LAB en un Centro Especial de Empleo de Bizkaia.
Desde que con el objetivo de luchar por la independencia y el socialismo para Euskal Herria se creó hace 42 años LAB, el sindicato siempre ha tratado de estar en permanente contacto con las problemáticas en los centros de trabajo para así poder responder de la mejor manera a las cuestiones a las que nos tenemos que enfrentar día a día las trabajadoras y trabajadores de este país. En los Centros Especiales de Empleo como en el que me encuentro empleado y realizo tareas sindicales, las circunstancias en las que desarrollamos nuestra fuerza de trabajo tienen unas características especiales y diferentes ya que tenemos que convivir (y aprender a convivir) con diferentes tipos de discapacidad, las cuales de manera directa o indirecta nos afectan a todas. En nuestra sección sindical estamos concienciados y sensibilizados con esta realidad y trabajamos para que así sea en todos aquellos ámbitos en donde tenemos voz.
Las miles de afiliadas y delegadas de LAB somos personas que junto a nuestro trabajo sindical en defensa de los derechos de las trabajadoras y en favor de una verdadera justicia social, en la mayoría de ocasiones también participamos en otros espacios de lucha y reivindicación sectoriales a través de movimientos sociales como pueden ser el internacionalismo, la defensa del euskera, por los derechos de los presos políticos y la resolución democrática del conflicto, los medios de comunicación populares, las fiestas de pueblo y barrios, el derecho a la vivienda o en favor de la libertad sexual. Esta labor hace que seamos conscientes de la existencia de otras realidades iguales o parecidas a las nuestras tanto en Euskal Herria como en otros lugares. Es el caso del motivo que me impulsa a escribir este artículo de colaboración para EH-Donbass Elkartasun Komitea.
Por que tenemos memoria en este país sabemos muy bien que supone padecer las consecuencias de una guerra y estamos en deuda con aquellos países y sus gentes que en 1936-37 acogieron a los nuestros, pero sobre todo estamos en deuda con la historia y con su presente y por lo tanto comprometidos con la solidaridad.
- Niños niñas vascas exiliados en la URSS por la guerra de 1936 provocada por el golpe de estado franquista contra la II Republica
Hace mas de dos años Diana vivía con su madre y con su hermana pequeña en un modesto apartamento en Járkov, la segunda ciudad más importante de Ucrania a donde habían llegado huyendo de la guerra en el Donbass en el último tren con refugiados que salió de Lughansk, la ciudad en la que vivían. Su padre tuvo que irse a la Federacion Rusa a trabajar como albañil y enviarles dinero desde allí. Diana tiene una discapacidad llamada neuropatía sensorial motora y paso mucho miedo en el tiempo que le toco vivir la guerra, tanto que pasado un tiempo después de aquella terrible experiencia a su madre a veces le cuesta tranquilizarse. Cuando ella nació sus padres decidieron quedarse con ella y cuidarla lo cual no siempre es lo habitual en Ucrania ya que muchísimas familias entregan a sus hijos e hijas con discapacidad a la Administración, una práctica bastante común cuando el país pertenecía a la URSS. Pero las instituciones del Estado ya no son como las de antes, el país se ha empobrecido más y más en las últimas décadas, y tienen carencias de todo tipo. Me pregunto cómo le ira a Diana, ya tendrá 14 o 15 años.
En 2014 los intereses de unos pocos, el egoísmo y la falta de escrúpulos llevaron a Ucrania a la guerra cuando tras un Golpe de Estado los nuevos dirigentes quisieron contolar por la fuerza la zona más industrializada de Ucrania obligando a la población del Este del país a dejar de hablar su idioma materno, el ruso, y despojarles de sus derechos sociales. Estos acontecimientos de marcada rusofobia (pese a que ucranianos y rusos se podría decir que son primos hermanos) se dieron en un contexto similar a la llamada Guerra Fría donde la principal hegemonía mundial (EEUU, OTAN, FMI, UE…) se disputaba a la Federación Rusa el control de sus recursos naturales dando como resultado, tras el golpe, de la pérdida del hasta entonces carácter mas o menos neutral de la soberanía de Ucrania. Resulta cuanto menos curioso que el nombre del país en idioma eslavo significa algo así como la “frontera” papel que a día de hoy parece cumplir en el tablero geoestratégico mundial.
Desde entonces más de 10.000 personas han muerto en la guerra, hay casi 23 mil heridos y más de 2 millones de personas han huido, la gran mayoría a la Federación Rusa. Hoy en día la guerra continua ya que en Donbass tras sendos referéndum de autodeterminación se independizaron en dos Repúblicas Populares (la de Donetsk y la de Lughansk) y a día de hoy el gobierno de Ucrania financiado por las potencias de Occidente sigue atacándoles.
TENER DISCAPACIDAD EN UCRANIA
Antes de la guerra no era fácil tener alguna discapacidad en Ucrania ya que mucha del resto de la gente no entendía lo que esto significaba y lo veían con superstición (es un país que en el que la agricultura y el mundo rural sigue teniendo un peso muy importante) o tristeza, lo cual hacia que la exclusión fuese amplia. Hoy en día las cosas no han cambiado en este sentido pese a que ha habido cambios en favor de gente con discapacidad física principalmente en el tema de la accesibilidad. Pero en general la gente con discapacidad recibe muy poca ayuda, mas aun cuando en los últimos años el umbral de la pobreza entre la población ha alcanzado el 60%.
El estado ucraniano ha ratificado la Convención Internacional de los derechos de las personas con discapacidad y existe una Comisión médica psicopedagógica que proporciona el diagnostico, clasifica a las personas por grupos según su discapacidad y le atribuyen cierta ayuda económica que antes de la guerra podía alcanzar los 60€ mensuales pero con el golpe de Estado eso cambio.
En Ucrania desde la infancia existe una orientación hacia una estructura especializada como son por ejemplo los internados para niños con cierta autonomía. Aparte existen asociaciones privadas para niños y niñas con discapacidad pero se basan en las teorías espirituales de Jean Vanier, un canadiense de origen ucraniano. Según un estudio de la Oficina Internacional del Trabajo de 2015 los aproximadamente 167.000 niños y niñas registrados con discapacidad, de las cuales unas 70.000 vivían en las instituciones (orfanatos, hospitales…), reciben un cada vez mayor trato discriminatorio y son más que evidentes (alarmantes en algunos casos) las carencias de estructuras para cuando llegan a la edad adulta. Ahora además el número de discapacitados (sobre todo físicos) ha aumentado con los soldados heridos en la guerra del Donbass haciendo esta cuestión algo más visible, pese a que el Gobierno tal y como denuncian las asociaciones de madres de soldados, trata de ocultar las cifras reales
DISCAPACIDAD EN LAS NUEVAS REPUBLICAS POPULARES DE LUGANSK (RPL) Y DE DONETSK (RPD)
En cuanto a la situación en los territorios del Donbass sigue siendo la de un lugar en guerra por lo que la gente con discapacidad lo tiene bastante complicado en su día a día. Más aun en los territorios ocupados militarmente por los militares y paramilitares ucranianos donde las carencias asistenciales de la administración que depende de Kiev son más que evidentes, dándose muchas veces el caso de que la población recurre a la administración de la RPL o de la RPD para recibir tratamiento por ejemplo, pese a las amenazas de las tropas ucranianas.
Según ACNUR se calcula que 66.000 personas con discapacidad huyeron de la región cuando el levantamiento popular contra el golpe de Estado derivo en una guerra a consecuencia de la cual el número de discapacitados ha aumentado aunque a día de hoy la población que se encuentra más cerca del frente toma muchas más medidas de seguridad para protegerse de los bombardeos indiscriminados del Ejercito y los paramilitares ucranianos por lo que las personas heridas o fallecidas en teoría deberían de ser menos que en 2014 y 2015; aun así algunas fuentes cifran ya en cerca de 300 los civiles muertos o directamente asesinados por los bombardeos de las fuerzas militares y paramilitares (ultraderechistas) ucranianas en lo que va del año 2017.
En general hay escasez de medicinas en los hospitales, especialmente faltan analgésicos con los que poder realizar cirugías. La enorme tensión que sufre allí la gente hace también que los problemas mentales (enfermedades, patologías transitorias…) afloren y la carencia de psicofármacos se hace notar.
En la República Popular de Donetsk están creando infraestructuras (sobre todo para la infancia) para hacer frente a esta dramática situación tanto es así que en el otoño del año pasado las autoridades de la RPD hicieron público que estaban preparadas para dar alojamiento a los niños y niñas del Donbass que viven ahora en la ciudad ucraniana de Odessa y donde el gobierno golpista de Kiev no puede alojarlos en instituciones especializadas. En este sentido en la RPD existen 38 centros educativos especializados para aceptar niños y niñas con discapacidad física provenientes de las zonas de los oblast (provincia) de Lugansk y Donetsk ocupados por las fuerzas militares y paramilitares ucranianas. Estos centros forman parte de un programa de ayuda humanitaria dirigida a la reunificación de la población del Donbass. Para hacernos una idea a día de hoy esta guerra se está catalogando como un conflicto “congelado” o guerra de posiciones en la cual se puede dar cierta movilidad de la población civil debido a que existen zonas sin digamos un dominio militar total por parte de alguno de los bandos, con controles de carretera en ciertos puntos, acuerdos (que no siempre cumplen, ni mucho menos) por parte ucraniana para respetar infraestructuras de etc…
De estas 38 instituciones mencionadas, 23 dan atención especializada mientras que 15 prestan educación inclusiva la cual consiste en asistencia regular, a la edad apropiada y participación en la vida social. Existen también 3 internados para niños y niñas con problemas auditivos, trastornos del habla y enfermedades psicógenas. Además en el ámbito educativo las instituciones de la RPD realizan un amplio trabajo con las niñas y niños discapacitados que reciben educación básica (igual que el resto) y socializadora (integradora).
Pese a todo, la falta de medicamentos y la dificultad para tratar las lesiones derivadas de las bombas y la metralla e incluso las enfermedades tratables en tiempos de paz son algunas consecuencias de la guerra. También existe una asociación llamada Ayuda Justa que está realizando una enorme labor en este sentido especialmente en asistir a gente sin hogar, enfermos, pensionistas o gente con discapacidad que han perdido sus casas o sus formas de vida. Esta asociación fue establecida en 2007 por la doctora rusa especializada en cuidados paliativos Elisabeta Glinka, más conocida como doctora Liza y que falleció recientemente al estrellarse en Siria el avión de ayuda humanitaria en el que viajaba. Ayuda Justa asiste en la dedicación de tratamiento para menores que han revivido lesiones graves en la zona de combate de Donbass y los traslada a instituciones médicas de la Federación Rusa. Todo ello se hace tras una petición escrita y el traslado se realiza en compañía de los `padres o representantes legales de la menor. La figura de la Doctora Liza es muy querida en el Donbass y en Rusia.
Se calcula que desde el inicio de la guerra en 2014 unas 200 niños y niñas han muerto en el Donbass a consecuencia casi siempre de los ataques de las fuerzas militares y paramilitares de extrema derecha ucranianas en lo que desde las instituciones de las Repúblicas no dudan en calificar como crímenes de guerra, y para cuyo reconocimiento como tales por las instituciones internacionales trabajan a diario. Se desconoce por el momento el número de huérfanos y el de heridos se contabiliza en unos 194 de los cuales al menos 24 habrían quedado discapacitados. Estas son cifras de comienzos de esta primavera, pero las noticias que llegan desde allí informan de más críos afectados por los bombardeos indiscriminados.
En Bizkaia hay gente que junto con el trabajo que realiza Euskal Herria Donbass Elkartasun Komitea se está solidarizando con el pueblo del Donbass enviando ayuda humanitaria y han puesto en marcha un correo electrónico a través del cual quien quiera pueda ponerse en contacto con ellas: donbassekinelkartasuna@gmail.com
En 40 años de existencia de nuestro sindicato si algo tenemos claro en LAB es en la necesidad que tenemos como pueblo de ir tejiendo redes de solidaridad que nos permitan también seguir avanzando y desarrollándonos como personas y evitemos así que se puedan repetir circunstancias tan dramáticas y desastrosas como las que se viven en Ucrania y el Donbass o las que hemos padecido aquí en los últimos 80 años.
Según la UNESCO, organización de las Naciones Unidas, para la educación ciencia y la cultura, en el mundo hay 1000 millones de personas con alguna forma de discriminación y de ellas casi 93 millones son niños y niñas.