Archivos desclasificados de la CIA muestran que EEUU sustituyó al III Reich en el apoyo y financiación de los fascistas ucranianos

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Articulo original de la gaceta de negocios rusa Vzglyad / Traducido y readaptado por el blog Movimiento Politico de Resistencia

Los documentos desclasificados recientemente por la CIA muestran que la agencia de espionaje financió a la Organización de Nacionalistas Ucranianos, a pesar de que conocían su naturaleza fascista y terrorista.
Una nota sobre el dirigente de la referida Organización, Stepan Bandera, fechada el 4 de febrero de 1948 indica que estaba implicado en el asesinato de Bronislaw Pieracki, ministro de polaco de Interior, cometido por un nacionalista ucraniano en 1934.
Como consecuencia del crimen, el gobierno polaco detuvo a varios militantes de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, entre ellos a Bandera, a quienes juzgaron y condenaron a muerte, aunque no llegaron a ejecutar la sentencia.
Los documentos desclasificados de la CIA muestran que la Organización de Nacionalistas Ucranianos se transformó luego en la UPA con el propósito de aprovecharse de la invasión de la URSS por el III Reich para lograr la “independencia” de Ucrania.
A pesar de conocer sus antecedentes criminales, tras la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos financió a la Organización de Nacionalistas Ucranianos para luchar contra la URSS, aunque las sumas entregadas por la CIA y los nombres de los bancos a través de los cuales se hicieron los ingresos no aparecen en los documentos desclasificados.

bandera
Stepan Bandera

La mayor parte de ellos se refieren a la Operación Aeroespacial, orquestada por varias agencias del espionaje imperialista en 1948, que entraron en contacto con el jefe del servicio de Seguridad de la Organización de Nacionalistas Ucranianos, Mikola Lebed.
La Operación Aeroespacial tenía por objeto organizar la resistencia y la recabar información del interior de la URSS, pero fue un absoluto fracaso por la falta de apoyo popular. No obstante, los imperialistas persistieron en su empeño, diseñando una nueva versión, la Operación Prólogo, que tenía objetivos mucho más modestos: las operaciones de proganda, las mentiras y la guerra sicológica.
La Operación Prólogo no se cerró hasta la caída de la URSS en 1990, lo que permitió mantener en funcionamiento a una serie de grupos fascistas ucranianos herederos de la Organización de Nacionalistas Ucranianos.

 

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