Prólogo que podría ser epílogo.
Este artículo lo escribí a modo de borrado hace tres meses atrás.
Pero la incierta y confusa situación en los frentes de Lugansk y Donetsk, más las maniobras del occidente sobre la aplicación de los acuerdos de «Minsk-2», diseñados para dar tiempo para rehacerse de las derrotas infringidas por las milicias populares Lugansk. y Donetsk; reestructurarse y reforzarse al ejército de ocupación del régimen putchista proamericano de Poroshenko, me crearon una intuición acerca de los acontecimientos significativos y de cierta importancia y decidí aplazar la definitiva redacción de este artículo.
La intuición, más la constante vigilancia analítica objetiva se confirmaron en varios acontecimientos. El último de ellos, el del 31 de agosto de 2015. El «glorioso» grupo del «Bloque de Oposición» con 86 votos apoyo en la sesión de la Rada (parlamento usurpador de Kiev) el borrador del proyecto de nueva «constitución» presentado por el «Bloque de Poroshenko» y otros. En este documento nacionalista y proamericano ilegítimo el «chocolatero» Poroshenko presenta unos capítulos sobre la nueva estructura estatal para la actual Ucrania colapsada.
-«Descentralización de los órganos del Estado» (nombre no exacto formalmente), intentando pasarlos maquiavélicamente como solución «democrática» y eficiente para el problema del sureste ucraniano.
Para la derecha reaccionaria nacionalista son una traición y actúan en consecuencia. Para el «Bloque de Oposición» es un avance hacia la pacificación. ¡Olé, olé y olé!
Pero ese «lapsus» político que en realidad no es lapsus, sino una excepción que confirma la regla, no me obliga a cambiar ni un ápice de lo escrito anteriormente.
Tras más de un año de guerra civil en el sureste de Ucrania casi nos hemos olvidado del «Partido de las Regiones» partido político comandado por Yanukovich, derrocado a finales de febrero de 2014.
Estimo, que la reciente historia y la situación general en Ucrania, exige no olvidarse del partido, que hace poco estuvo en el poder y cuya base económica y política es precisamente Donbass territorios de duros combates.
Antes de pasar a analizar o valorar el tema en cuestión, debería abrir un paréntesis sobre las paradojas políticas del mundo actual. Por ejemplo, repetidamente el PCFR (Partido Comunista de la Federación Rusa) ha criticado la posición política del gobierno Putin, por ser demasiado confusa y poco dura, que ha permitido al régimen putchista fortalecerse.
Estando, en parte, de acuerdo con la crítica de PCFR, al mismo tiempo no puedo dejar de lado la poca congruencia de los comunistas rusos. Me explico-por una parte crítica a Putin por no apoyar con decisión a las autoproclamadas RPD y RPL, y por otro lado, apoyan la decisión del PCU (Partido Comunista de Ucrania) y de su líder Piotr Simonenko, presentándolo como combatiente «inquebrantable» contra el nazismo ucraniano.
Pero seamos objetivos y serios siguiendo con rigor y honestidad los acontecimientos y hechos reales. Este «inquebrantable» combatiente y su partido no abandonaron sus escaños en el parlamento después del golpe de Estado! Participando en todas las elecciones impuestas por Kiev, legitimando por tanto el poder de los putchistas nazis. Se podría tomar en consideración, que a finales de febrero de 2014 estuvieron bajo cañones de las metralletas y no quisieron convertirse en héroes muertos. Pero desde aquel tiempo pasaron torrentes de agua y los comunistas deberían pasar a una lucha sin cuartel desde la clandestinidad (como hicieron siempre en muchas situaciones históricas); no obstante el PCU sigue en el espacio político legal. De la crítica en este aspecto incomprensible y vergonzoso en mis artículos anteriores (el miedo patológico de la reacción ucraniana ante los verdaderos y consecuentes comunistas se revelo después – en la prohibición de la ideología y simbólica comunista).
No se me pasa por la imaginación que el gran comunista alemán Ernst Telman siga en el Reichstag del III Reich, justificándose con ciertas declaraciones, mientras a los comunistas y socialdemócratas alemanes Hitler y compañía les enviase primeros a los primeros campos de concentración. Ese si fue combatiente inquebrantable e indomable.
¿Y porque y para que este ejemplo? Simplemente para presentarlo como una muestra de corrección y valentía política de una oposición política de clase y del combate. Esto me permite valorar y analizar la mal llamada «oposición» del «Partido de las Regiones» quedado en pedazos y añicos.
Este partido dirigente y en poder hace poco tiempo atrás, liderado por Yanukovich se ha dividido principalmente, en dos grandes grupos. Ambos grupos comparten el odio o la repulsa hacia Yanukovich, culpándole de todos los errores, pero los divide una considerable diferencia.
¿El grupo de oposición «democrática» legal o de traición?
Ellos legitiman el régimen putchista; intervienen públicamente por la integridad estatal de Ucrania, contra el «separatismo» de Donbass y critican a Rusia por su apoyo? De RDP y RPL; a Poroshenko, Yatzenuk y la mayoría nacionalista de la Rada por insuficiente efectividad.
Irresponsable e infundadamente consideran, que si el poder pasase a sus manos serian capaces de: terminar la guerra; pacificarse con Moscú, conservando a la vez las relaciones de prioridad con Washington; integrarse en la UE; recibir créditos internacionales para reparación de la economía. En una palabra, volver a los tiempos de Yanukovich, pero sin este.
No les vendría nada mal a estos «patriotas-oposicionistas» no olvidar las lecciones de no tan lejana historia. En el III Reich, en el Reichstag de Hitler, cuando la cacería de los comunistas ya estaba en su apogeo, también quedaban social demócratas, centristas y otros demócratas. Cuando la necesidad de un fono «civilizado» fue agotada, estos partidos fueron disueltos y muchos de sus políticos terminaron en los mismos campos de concentración que los comunistas.
Posiblemente, no todos sean colaboracionistas y traidores. Seguro, que existieron algunos hombres luchadores. De momento no han seguido la suerte de Kalashnikov y Buzina. De momento!!!
Sin embargo, insisto, que la mayoría del desgastado, penoso y destruido «Partido de las Regiones» intentan, infructuosamente por cierto, demostrar al régimen de hoy en Kiev que puede ser todavía útiles y se merecen algún puesto cualquiera, político burocrático. Son los típicos «buitres carroñeros» de la política. No son especialistas medianamente cualificados, ni «managers de negocio», ni estadistas mínimamente válidos.
Son «comensales» de las migajas de la «mesa» de los poderes. No en balde, la mayoría de ellos cambiaron varios partidos, sirvieron a todos los presidentes de Ucrania postsoviética tuve la suerte de conocer a una treintena de tales individuos, siempre criticando a los anteriores «regiones criminales» llegando a la física de su propio anterior jefe, Yanukovich, de llevar a Ucrania al golpe de Estado y Guerra civil (críticas no exentas de razón involuntaria y desde otro enfoque no realista y racional). La paradoja o la «comedia humana» no tiene límite-renegado y prófugo de su tierra, Yanukovich, no pierde ocasión alguna para declarar cínicamente, que el salvo al pueblo ucraniano de baños de sangre y de la guerra civil! Las manzanas no caen lejos de árbol!
Ahora proponen sus servicios a Poroshenko, pero éste no quiere enfadar a sus nazis, armados hasta los dientes. Este grupo no entiende, que en sus servicios no hay necesidad. Además, en tiempos de guerra civil los escasos recursos financieros deben alimentar a los «gloriosos combatientes nacionalistas», y no a los inútiles «limpiabotas» políticos. Ellos eran amortizables sólo en condiciones, muy especiales, de la república oligárquica Ucrania. Pero esta formación socio-económico-política está agonizando, por eso se agarran como pueden, ejerciendo una «oposición legal», que simple y llanamente se llama TRAICION.
Grupo obligado al ostracismo.
Bastante inadecuada es aquella parte del partido de las regiones, que fue obligada a exiliarse a Rusia. Solamente una ínfima, insignificante parte de estos personajes intenta realizar actividad pública, interviniendo en medios informativos con críticas del régimen de Kiev y prestan alguna ayuda a Novorossia.
El resto se han convertido en invisibles. Entretanto, son personas con importantes recursos financieros, mediáticos y estructurales. Tienen reales posibilidades de unificar y estructurar los grupos de la resistencia emigrante en dirección de acciones consolidadas y efectivas. En dirección de una oposición unificada en la emigración y no un «gobierno en el exilio».
¿Por qué están en Rusia? Porque al igual que sus copartidarios en Ucrania son de la misma condición política, moral y social.
Son una capa de «lumpen adinerado desclasado», cuyo único «oficio» es la política, mejor dicho la «burocracia política» y además de segundo orden, cuyas únicas posibilidades, ilusorias, podrían realizarse en un estado como la actual Ucrania o su posterior «mal parto». Lo más probable piensan ellos, que Rusia o Novorossia hagan para ellos el trabajo «sucio» y les pongan Ucrania en «bandeja». Es decir, anhelan la idea de que serán algún día demandados para gobernar en la post Ucrania, pensando en una Ucrania de oligarcas y corrupción como con Yanukovich, pero sin Yanukovich. No quieren, o no pueden comprender que la Ucrania de «Maidan» les ha demonizado, que no tienen lugar alguno en la Ucrania proamericana, bandero-nazi y anti rusa y lo único que les espera es el riesgo de ser asesinados o cárcel con cadena perpetua.
Mirando, o mejor dicho, retrovisando el futuro.
La connivencia de estos dos grupos del pasado, en la Ucrania de Yushenko y Yanukovich, a los nazis los destruyó aquel estado donde estaban demandados. No entienden que no habrá vuelta a ese tipo de Estado oligárquico. Y aunque es muy arriesgado pronosticar cualquier futuro para ese estado actual, que ha llegado al límite e incluso lo ha sobrepasado en la propaganda anti humana absurda y burda o la propaganda del III Reich (pobre Goebbels, sus cenizas se estarán removiendo) la alternativa más probable-un estado neocolonizado en la economía, finanzas y cultura (aunque ahora resalten en lo más ridículo de la «mono ucro-cultura») por el Globalimperialismo norteamericano, de la «Troika» y de otros globalistas europeos. Con esto no quiero decir, que esta alternativa será duradera o no. Es imposible predecir. En cualquier caso ambos grupos no tendrán cabida en ese estado fantasmagórico. Ya hoy día, muchos de los «nichos» ya están ocupados por las criaturas norteamericanas (tres ministros y seis consejeros extranjeros en el gobierno actual; Saakashvili General gobernador americano de Odessa, mayor puerto del país y otros muchos extranjeros en puntos clave de la administración y de la economía ucraniana).
Es una situación del proceso histórico análoga o semejante a la de los años 91-93 cuando la cúpula máxima y mediana del PCUS no presentó no sólo resistencia organizada a las fuerzas destructivas, sino incluso estimulo la debacle de la URSS, al fin y al cabo se quedó fuera del reparto del poder en la Rusia neocapitalista.
Y aún menos posibilidades tienen ambos grupos «opositores» del «Partido de las Regiones» ocupa la misma parcela de poder en el caso muy hipotético y de incertidumbre, de la victoria de las repúblicas populares de Novorossia.
¿Por qué? Porque en caso de la victoria de estas repúblicas o república unificada sin duda alguna, se instalará un régimen de Democracia Popular. La formación estatal independiente de la Ucrania neocolonizada es sólo posible bajo un régimen de democracia popular, conquistado en una durísima guerra civil con enormes víctimas y sacrificios. Y en esa formación estatal los personajes por ambos grupos del «partido de las regiones» junto a su ex líder Yanukovich, son para la población combatiente de la RPD y RPL traidores y tienen aún menos cabida, que en la Ucrania proamericana y pronazi.
Ucrania, y no importa en qué calidad-, un gobierno soberano o en calidad de una supuesta unidad administrativa no podrá, y no puede, vivir y existir como un Estado oligárquico. Por eso en el país está ardiendo la guerra civil, de variable intensidad en sus distintas fases. El Estado oligárquico ya ha agotado todos sus recursos internos para su existencia y en un futuro puede subsistir y no durante mucho tiempo solo en base de violencia y coacción. Por eso, dirigentes-gestores capacitados, e incluso con talento, de la anterior república oligárquica no tendrán ni demanda, ni sitio en la nueva realidad política y económica de Ucrania.
Joaquin Rodriguez