El bloqueo de Novorrusia y la desesperación de Kiev

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SLAVYANGRAD.es

Artículo Original en Ukraina.ru

Siguiendo el ejemplo de Hitler en el sitio de Leningrado, las autoridades ucranianas tratan de imponer un bloqueo, por el momento solo económico contra Novorrusia, territorio todavía sin conquistar por el Gobierno de Kiev.

La decisión de Kiev de paralizar toda financiación de pagos sociales a la población de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y suspender las operaciones bancarias entró en vigor el 1 de diciembre. En otras palabras, los residentes de las repúblicas se ven privadas de los ahorros de toda su vida, sus cuentas bancarias y sus depósitos de seguridad. Los canales que distribuían medicinas y alimentos están siendo destruidas y el transporte público, paralizado.

Después de su fracasado blitzkrieg y una serie de derrotas militares, las autoridades ucranianas continúan su genocidio tratando de matar de hambre a los millones de habitantes del sudeste. Hace unos días, me visitaron algunos familiares en Kiev: una pareja de pensionistas de Donetsk. Acudieron para completar el papeleo necesario para recibir sus pensiones. Se vieron obligados a viajar a través de Volnovakha porque el famoso tren Ugolyok  de Donbass, conocido por su comodidad y su excelente servicio desde los tiempos soviéticos, ya no viaja a Kiev. Esperaron en una cola durante horas en el Fondo de Pensiones de la capital, donde se encontraron con otros ucranianos que habían acudido por la misma razón y que ellos: la humillación, ese es el pago que algunos reciben por toda una vida de trabajo, de tener que recoger sus pensiones, ligadas a sus nuevas cuentas bancarias, en los bancos permitidos por la junta y que operan cerca de la zona de combate, pero siempre fuera del territorio de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.

Pero en realidad solo hay un banco. ¿Cuál? Exacto, Privatbank.  En teoría, los pensionistas pueden abrir una cuenta en Ukrsotsbank y otro puñado de bancos en las áreas controladas por la Guardia Nacional. Pero esa solo es la teoría. Por alguna razón, los clientes de Donbass están sufriendo de una seria falta de tarjetas bancarias de otras instituciones financieras y sus sucursales en los alrededores de la zona de combate son escasas. Y por el contrario, no hay problema alguno para abrir cuentas en Privatbank. Creo sinceramente que la lógica detrás de estas acciones está clara.

Las autoridades de Kiev han planeado con astucia y maldad hasta el más mínimo detalle. Miles de empobrecidos pensionistas se han visto obligados a viajar cientos de kilómetros, con suerte alojándose con familiares, o en hostales baratos o incluso quedándose en estaciones de tren. Y después de pasar horas esperando, algunos de estos exhaustos pensionistas ni siquiera pudieron recoger esas tarjetas bancarias que misteriosamente habían desaparecido. Por el contrario, los servicios del usurero megabanco de Igor Kolomoyskyi carecen de toda esta problemática.

Lo peor de este paquete de servicios bancarios ofrecido a los residentes de Donbass es la forma en la que las autoridades ucranianas tratan de beneficiarse de las calamidades y de la sangre de los oprimidos. Los oligarcas, que llevan exprimiendo las regiones del sudeste durante décadas, usan cada truco para enriquecerse de la miseria que ellos mismos han creado.

La población de Donbass está aún más preocupada por la escasez de medicinas que de la pérdida de su dinero o incluso de la escasez de alimentos. En lo que respecta al suministro de alimentos, la esperanza llega en forma de ayuda humanitaria rusa. Las reservas del sistema de defensa civil no durarán y me gustaría pensar que las autoridades recientemente elegidas de Donetsk y Lugansk serán capaces de reabastecer esas reservas y restaurar la infraestructura financiera en sus territorios con la ayuda de los bancos rusos (aunque esto lleva a la pregunta de por qué no han previsto esta situación). ¿Pero qué pasa con los medicamentos? El invierno ha llegado ya y las enfermedades aumentan. Y esto también ha tenido que formar parte de los cálculos de las autoridades de Kiev, que han planificado imponer este catastrófico bloqueo en Novorrusia en pleno invierno.

La República Popular de Donetsk ya ha establecido su Banco Central, mientras que una institución similar está aún en proceso en Lugansk. Hay una fuerte necesidad de divisas, ya que el uso de la hryvnia como moneda legal no es una opción bajo el bloqueo. Se puede optar por el rublo o por otra moneda alternativa. Algunos expertos proponen una divisa regional alternativa para estimular la actividad económica. Estos cupones, que no acarrean interés, harían posible para la población adquirir bienes y servicios.

Por supuesto, las Repúblicas Populares hacen todo lo que pueden para implementar las medidas necesarias para solucionar estos problemas, pero las cosas llevan su tiempo. Es terrible pensar en las dificultades que para sobrevivir puede llegar a sufrir esta población empobrecida, incapaz de adquirir medicamentos o alimentos. Puede que la única vía de salvación sea ese sistema monetario alternativo, similar al instaurado en otras naciones golpeadas por la guerra.

Enrocado en la idea de que “Donbass será o parte de Ucrania o será una tierra despoblada”, Kiev continúa utilizando lemas sobre una gran e indivisible Ucrania, algo que a menudo se oye de los representantes de la élite política fascista. Después de las atrocidades cometidas contra el pueblo de Novorrusia, Kiev sigue luchando por recuperarla. Después de reconocer implícitamente la independencia de la región imponiendo ese bloqueo, Kiev sigue insistiendo en que solo lucha contra los terroristas y que los ahorros conseguidos por las restricciones financieras impuestas sobre los separatistas evitará que este país independiente caiga en el abismo económico al que se aproxima. ¿Lo hará?

Se han despilfarrado billones de fondos del tesoro en esta guerra de agresión y en lo que es directamente un robo (incluso robaron las reservas de oro) por parte de los líderes golpistas en el corto periodo que llevan en el poder. Las perspectivas de suspensión de pagos y desintegración del país son reales. Esperemos que las perspectivas de las Repúblicas Populares sean diferentes. A pesar de los problemas, los resultados positivos deberían ser evidentes a medio plazo si los líderes de las Repúblicas Populares son capaces de formar gobiernos competentes. En primer lugar, se deben firmar acuerdos comerciales con repúblicas semi-reconocidas similares, como Transnistria, Abjasia u Osetia del Sur. Estas repúblicas, con contactos con organizaciones comerciales en Rusia y otros países, pueden ayudar a organizar un comercio que puede revitalizar su economía y fomentar la cooperación.

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